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23 de Marzo
 

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Números 36

Mujeres que heredan propiedad

Luego los jefes de los clanes de Galaad —descendientes de Maquir, hijo de Manasés, hijo de José— se presentaron ante Moisés y los líderes de las familias de Israel con una petición. Dijeron a Moisés:

—El Señor te dijo que repartieras la tierra entre el pueblo de Israel por sorteo sagrado. El Señor te dijo que la porción de tierra que pertenece a nuestro hermano Zelofehad se la dieras a sus hijas. Sin embargo, si ellas se casan con hombres de otra tribu, llevarán consigo sus porciones de tierra a la tribu de los hombres con quienes se casen. De esa manera, el área total de la tierra de nuestra tribu se reducirá. Entonces cuando llegue el año de jubileo, esa porción de tierra se agregará a esa nueva tribu, y provocará que nuestra tribu patriarcal la pierda para siempre.

Así que Moisés les dio a los israelitas, de parte del Señor, el siguiente mandato:

—El reclamo de los hombres de la tribu de José es legítimo. Esto es lo que elSeñor ordena acerca de las hijas de Zelofehad: permítanles casarse con quienes deseen, siempre y cuando sea alguien de su propia tribu patriarcal.No se permite que ninguna tierra se transfiera de una tribu a otra, ya que toda la tierra asignada a cada tribu debe permanecer dentro de la tribu a la que inicialmente fue concedida. Las hijas de todas las tribus de Israel que estén en línea para heredar la propiedad, deben casarse dentro de su propia tribu, de esta manera todos los israelitas conservarán sus propiedades patriarcales. Ninguna porción de tierra puede pasar de una tribu a otra; cada tribu de Israel debe conservar la porción de tierra que le fue asignada.

10 Entonces las hijas de Zelofehad hicieron lo que el Señor le ordenó a Moisés.11 Maala, Tirsa, Hogla, Milca y Noa, todas se casaron con sus primos por parte de su padre 12 dentro de los clanes de Manasés, hijo de José. De este modo, su herencia de tierra permaneció dentro de su tribu patriarcal.

13 Estos son los mandatos y las ordenanzas que el Señor le dio al pueblo de Israel por medio de Moisés mientras acampaban en las llanuras de Moab junto al río Jordán, frente a Jericó.

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Deuteronomio 1

Introducción al primer discurso de Moisés

Estas son las palabras que Moisés dirigió a todo el pueblo de Israel cuando se encontraba en el desierto, al oriente del río Jordán. Ellos acampaban en el valle del Jordán,[a] cerca de Suf, entre Parán de un lado y entre Tofel, Labán, Hazerot y Dizahab del otro.

Por lo general, solo lleva once días viajar desde el monte Sinaí[b] hasta Cades-barnea, siguiendo la ruta del monte Seir. Sin embargo, cuarenta años después de que los israelitas salieron de Egipto, el primer día del mes once,[c]Moisés le habló al pueblo de Israel acerca de todo lo que el Señor le había ordenado que dijera. Ese hecho ocurrió luego de derrotar a Sehón, rey de los amorreos, quien gobernaba en Hesbón, y después de derrotar en Edrei a Og, rey de Basán, quien gobernaba en Astarot.

Mientras los israelitas estaban en la tierra de Moab, al oriente del río Jordán, Moisés les explicó con mucho cuidado las siguientes instrucciones que el Señorhabía dado:

La orden de dejar el Sinaí

«Cuando estábamos en el monte Sinaí, el Señor nuestro Dios nos dijo: “Ya pasaron bastante tiempo en este monte. Es hora de levantar el campamento y seguir adelante. Vayan al territorio montañoso de los amorreos y a todas las regiones vecinas: el valle del Jordán, la zona montañosa, las colinas occidentales,[d] el Neguev y la llanura costera. Vayan a la tierra de los cananeos y al Líbano, y avancen hasta el gran río Éufrates. ¡Miren, les doy toda esta tierra! Entren y tomen posesión de ella, porque es la tierra que elSeñor juró dar a sus antepasados —Abraham, Isaac y Jacob— y a todos los descendientes de ellos”».

Moisés nombra líderes de cada tribu

Moisés siguió diciendo: «En aquel tiempo, les dije: “Ustedes son una carga demasiado pesada para sobrellevarla yo solo. 10 El Señor su Dios los ha aumentado en cantidad, ¡son tan numerosos como las estrellas! 11 ¡Que elSeñor, Dios de sus antepasados, los multiplique mil veces más y los bendiga tal como lo prometió! 12 ¡Pero ustedes son demasiado peso para llevar! ¿Cómo puedo lidiar con tantos problemas y discusiones entre ustedes?13 Elijan a hombres bien respetados de cada tribu, conocidos por su sabiduría y entendimiento, y yo los nombraré líderes de ustedes”.

14 »Y ustedes respondieron: “Es una buena idea”. 15 Así que tomé a esos hombres sabios y respetados que ustedes habían elegido de sus respectivas tribus y los designé para que fueran jueces y funcionarios sobre ustedes. Algunos estuvieron a cargo de mil personas; otros, de cien; otros, de cincuenta; y otros, de diez.

16 »En aquel tiempo, les di a los jueces las siguientes instrucciones: “Ocúpense de oír todos los casos de sus hermanos israelitas y también los de los extranjeros que viven entre ustedes. Sean totalmente justos en las decisiones que tomen 17 e imparciales en sus juicios. Atiendan los casos tanto de los pobres como de los ricos. No se acobarden ante el enojo de nadie, porque la decisión que ustedes tomen será la decisión de Dios. Tráiganme a mí los casos que les resulten demasiado difíciles, y yo me ocuparé de ellos”.

18 »En aquel tiempo, les di instrucciones a ustedes acerca de todo lo que tenían que hacer.

Exploración de la Tierra Prometida

19 »Entonces, tal como el Señor nuestro Dios nos ordenó, partimos del monte Sinaí y cruzamos el inmenso y terrible desierto, como seguramente ustedes recuerdan, y nos dirigimos hacia el territorio montañoso de los amorreos. Al llegar a Cades-barnea, 20 les dije: “Han llegado al territorio montañoso de los amorreos, el cual el Señor nuestro Dios nos da. 21 ¡Miren! El Señor su Dios ha puesto esta tierra delante de ustedes. Vayan y tomen posesión de ella como les dijo en su promesa el Señor, Dios de sus antepasados. ¡No tengan miedo ni se desanimen!”.

22 »Sin embargo, todos ustedes se acercaron y me dijeron: “Primero enviemos espías a que exploren la tierra por nosotros. Ellos nos aconsejarán cuál es la mejor ruta para tomar y en qué aldeas entrar”.

23 »Me pareció una buena idea, así que elegí a doce espías, uno de cada tribu.24 Se dirigieron hacia la zona montañosa, llegaron hasta el valle de Escol y lo exploraron. 25 Cortaron algunos frutos y los trajeron; luego nos informaron lo siguiente: “La tierra que el Señor nuestro Dios nos ha dado es en verdad una muy buena tierra”.

Rebelión de Israel contra el Señor

26 »Sin embargo, ustedes se rebelaron contra la orden del Señor su Dios y se negaron a entrar. 27 Se quejaron dentro de sus carpas y dijeron: “Seguro que el Señor nos odia. Por eso nos trajo desde Egipto, para entregarnos en manos de los amorreos para que nos maten. 28 ¿Adónde podemos ir? Nuestros hermanos nos desmoralizaron cuando nos dijeron: ‘Los habitantes de esa tierra son más altos que nosotros y son más fuertes, y las ciudades son grandes, ¡con murallas que llegan hasta el cielo! ¡Hasta vimos gigantes, los descendientes de Anac!’”.

29 »Pero yo les dije: “¡No se asusten ni les tengan miedo! 30 El Señor su Dios va delante de ustedes. Él peleará por ustedes tal como vieron que hizo en Egipto.31 También vieron cómo el Señor su Dios los cuidó todo el tiempo que anduvieron por el desierto, igual que un padre cuida de sus hijos; y ahora los trajo hasta este lugar”.

32 »Pero aun después de todo lo que él hizo, ustedes se negaron a confiar en elSeñor su Dios, 33 quien va delante de ustedes buscando los mejores lugares para que acampen, y guiándolos, de noche con una columna de fuego y de día con una columna de nube.

34 »Cuando el Señor oyó que se quejaban, se enojó mucho y entonces juró solemnemente: 35 “Ninguno de esta generación perversa vivirá para ver la buena tierra que juré dar a sus antepasados, 36 excepto Caleb, el hijo de Jefone. Él verá la tierra porque siguió al Señor en todo. Les daré a él y a sus descendientes parte de esa misma tierra que exploró durante su misión”.

37 »Además, el Señor se enojó conmigo por culpa de ustedes. Me dijo: “Moisés, ¡tú tampoco entrarás en la Tierra Prometida! 38 En cambio, será tu ayudante Josué, hijo de Nun, quien guiará al pueblo hasta llegar a la tierra. Anímalo, porque él irá al frente cuando los israelitas tomen posesión de ella. 39 Daré la tierra a los pequeños del pueblo, a los niños inocentes. Ustedes tenían miedo de que los pequeños fueran capturados, pero serán ellos los que entrarán a poseerla. 40 En cuanto a ustedes, den la vuelta y regresen por el desierto hacia el mar Rojo[e]”.

41 »Luego ustedes confesaron: “¡Hemos pecado contra el Señor! Ahora iremos y pelearemos por la tierra como el Señor nuestro Dios nos lo ordenó”. Entonces los hombres tomaron sus armas porque pensaron que sería fácil atacar la zona montañosa.

42 »Pero el Señor me encargó que les dijera: “No ataquen, porque yo no estoy con ustedes. Si insisten en ir solos, serán aplastados por sus enemigos”.

43 »Eso fue lo que les dije, pero ustedes no quisieron escuchar. En cambio, se rebelaron otra vez contra la orden del Señor y marcharon con arrogancia a la zona montañosa para pelear. 44 Entonces los amorreos que vivían allí salieron a atacarlos como un enjambre de abejas. Los persiguieron y los vencieron por todo el camino desde Seir hasta Horma. 45 Luego ustedes regresaron y lloraron ante el Señor, pero él se negó a escucharlos. 46 Por eso se quedaron en Cades por mucho tiempo.

 

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Lucas 5:29-39

29 Más tarde, Leví dio un banquete en su casa, con Jesús como invitado de honor. Muchos de los cobradores de impuestos, compañeros de Leví, y otros invitados comieron con ellos. 30 Así que los fariseos y los maestros de la ley religiosa les reclamaron severamente a los discípulos de Jesús diciéndoles: «¿Por qué comen y beben con semejante escoria?[e]».

31 Jesús les contestó: «La gente sana no necesita médico, los enfermos sí.32 No he venido a llamar a los que se creen justos, sino a los que saben que son pecadores y necesitan arrepentirse».

Discusión acerca del ayuno

33 Cierto día, algunas personas le dijeron a Jesús:

—Los discípulos de Juan el Bautista ayunan y oran con frecuencia, igual que los discípulos de los fariseos. ¿Por qué tus discípulos están siempre comiendo y bebiendo?

34 Jesús contestó:

—¿Acaso los invitados de una boda ayunan mientras festejan con el novio? Por supuesto que no; 35 pero un día el novio será llevado, y entonces sí ayunarán.

36 Luego Jesús les dio la siguiente ilustración: «Nadie quita un pedazo de tela de una prenda nueva y la usa para remendar una prenda vieja; pues la prenda nueva se arruinaría y el remiendo nuevo no haría juego con la prenda vieja.

37 »Nadie pone vino nuevo en cueros viejos; pues el vino nuevo reventaría los cueros, el vino se derramaría, y los cueros quedarían arruinados. 38 El vino nuevo debe guardarse en cueros nuevos. 39 Ni nadie que prueba el vino añejo parece querer el vino nuevo. Pues dicen: “El añejo es mejor”».

 

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Lucas 6:1-11

Discusión acerca del día de descanso

Cierto día de descanso, mientras Jesús caminaba por unos terrenos sembrados, sus discípulos arrancaron unas espigas de grano, las frotaron entre sus manos para sacarles la cáscara y se comieron los granos. Algunos fariseos dijeron:

—¿Por qué violan la ley al cosechar granos en el día de descanso?

Jesús les respondió:

—¿Acaso no han leído en las Escrituras lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre? Entró en la casa de Dios y violó la ley al comer los panes sagrados que solo los sacerdotes pueden comer, y también les dio una porción a sus compañeros.

Entonces Jesús agregó:

—El Hijo del Hombre[a] es Señor incluso del día de descanso.

Jesús sana en el día de descanso

Otro día de descanso, un hombre que tenía la mano derecha deforme estaba en la sinagoga mientras Jesús enseñaba. Los maestros de la ley religiosa y los fariseos vigilaban a Jesús de cerca. Si sanaba la mano del hombre, tenían pensado acusarlo por trabajar en el día de descanso.

Pero Jesús sabía lo que pensaban y le dijo al hombre con la mano deforme:«Ven y ponte de pie frente a todos». Así que el hombre pasó adelante.Entonces Jesús les dijo a sus acusadores: «Tengo una pregunta para ustedes: ¿Permite la ley hacer buenas acciones en el día de descanso o es un día para hacer el mal? ¿Es un día para salvar la vida o para destruirla?».

10 Miró uno por uno a los que lo rodeaban y luego le dijo al hombre: «Extiende la mano». Entonces el hombre la extendió, ¡y la mano quedó restaurada! 11 Al ver esto, los enemigos de Jesús se llenaron de rabia y comenzaron a discutir para decidir qué harían con él.

 

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Salmos 66

1

Para el director del coro: cántico. Salmo.

¡Griten alabanzas alegres a Dios todos los habitantes de la tierra!
    ¡Canten de la gloria de su nombre!
    Cuéntenle al mundo lo glorioso que es él.
Díganle a Dios: «¡Qué imponentes son tus obras!
    Tus enemigos se arrastran ante tu gran poder.
Todo lo que hay en la tierra te adorará;
    cantará tus alabanzas
    aclamando tu nombre con cánticos gloriosos». Interludio

Vengan y vean lo que nuestro Dios ha hecho,
    ¡los imponentes milagros que realiza a favor de la gente!
Abrió un camino seco a través del mar Rojo,[a]
    y su pueblo cruzó a pie.
    Allí nos alegramos en él.
Pues con su gran poder gobierna para siempre.
    Observa cada movimiento de las naciones;
    que ningún rebelde se levante desafiante. Interludio

Que el mundo entero bendiga a nuestro Dios
    y cante sus alabanzas a viva voz.
Nuestra vida está en sus manos,
    él cuida que nuestros pies no tropiecen.
10 Nos pusiste a prueba, oh Dios;
    nos purificaste como se purifica la plata.
11 Nos atrapaste en tu red
    y pusiste sobre nuestra espalda la carga de la esclavitud.
12 Luego colocaste un líder sobre nosotros.[b]
    Pasamos por el fuego y por la inundación,
    pero nos llevaste a un lugar de mucha abundancia.

13 Ahora vengo a tu templo con ofrendas quemadas
    para cumplir los votos que te hice,
14 sí, los votos sagrados que hice
    cuando me encontraba en graves dificultades.
15 Por eso sacrifico ofrendas quemadas a ti,
    lo mejor de mis carneros como aroma agradable,
    y un sacrificio de toros y chivos. Interludio

16 Vengan y escuchen todos los que temen a Dios,
    y les contaré lo que hizo por mí.
17 Pues clamé a él por ayuda,
    lo alabé mientras hablaba.
18 Si no hubiera confesado el pecado de mi corazón,
    mi Señor no me habría escuchado.
19 ¡Pero Dios escuchó!
    Él prestó oídos a mi oración.
20 Alaben a Dios, quien no pasó por alto mi oración
    ni me quitó su amor inagotable.

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