Mujeres que heredan propiedad
Luego los jefes de los clanes de Galaad —descendientes de Maquir, hijo de
Manasés, hijo de José— se presentaron ante Moisés y los líderes de las familias
de Israel con una petición. 2 Dijeron
a Moisés:
—El Señor te
dijo que repartieras la tierra entre el pueblo de Israel por sorteo sagrado. El Señor te
dijo que la porción de tierra que pertenece a nuestro hermano Zelofehad se la
dieras a sus hijas. 3 Sin
embargo, si ellas se casan con hombres de otra tribu, llevarán consigo sus
porciones de tierra a la tribu de los hombres con quienes se casen. De esa
manera, el área total de la tierra de nuestra tribu se reducirá. 4 Entonces
cuando llegue el año de jubileo, esa porción de tierra se agregará a esa nueva
tribu, y provocará que nuestra tribu patriarcal la pierda para siempre.
5 Así que Moisés les dio a los israelitas, de parte del Señor,
el siguiente mandato:
—El reclamo de los hombres de la tribu de José es legítimo. 6 Esto
es lo que elSeñor ordena
acerca de las hijas de Zelofehad: permítanles casarse con quienes deseen,
siempre y cuando sea alguien de su propia tribu patriarcal.7 No
se permite que ninguna tierra se transfiera de una tribu a otra, ya que toda la
tierra asignada a cada tribu debe permanecer dentro de la tribu a la que
inicialmente fue concedida. 8 Las
hijas de todas las tribus de Israel que estén en línea para heredar la
propiedad, deben casarse dentro de su propia tribu, de esta manera todos los
israelitas conservarán sus propiedades patriarcales. 9 Ninguna
porción de tierra puede pasar de una tribu a otra; cada tribu de Israel debe
conservar la porción de tierra que le fue asignada.
10 Entonces las hijas de Zelofehad hicieron lo que el Señor le
ordenó a Moisés.11 Maala,
Tirsa, Hogla, Milca y Noa, todas se casaron con sus primos por parte de su padre 12 dentro
de los clanes de Manasés, hijo de José. De este modo, su herencia de tierra
permaneció dentro de su tribu patriarcal.
13 Estos son los mandatos y las ordenanzas que el Señor le
dio al pueblo de Israel por medio de Moisés mientras acampaban en las llanuras
de Moab junto al río Jordán, frente a Jericó.

Deuteronomio 1
Introducción al primer discurso de Moisés
Estas son las palabras que Moisés dirigió a todo el pueblo de Israel cuando se
encontraba en el desierto, al oriente del río Jordán. Ellos acampaban en el
valle del Jordán, cerca
de Suf, entre Parán de un lado y entre Tofel, Labán, Hazerot y Dizahab del otro.
2 Por lo general, solo lleva once días viajar desde el monte Sinaí hasta
Cades-barnea, siguiendo la ruta del monte Seir. 3 Sin
embargo, cuarenta años después de que los israelitas salieron de Egipto, el
primer día del mes once,Moisés
le habló al pueblo de Israel acerca de todo lo que el Señor le
había ordenado que dijera. 4 Ese
hecho ocurrió luego de derrotar a Sehón, rey de los amorreos, quien gobernaba en
Hesbón, y después de derrotar en Edrei a Og, rey de Basán, quien gobernaba en
Astarot.
5 Mientras los israelitas estaban en la tierra de Moab, al oriente del río
Jordán, Moisés les explicó con mucho cuidado las siguientes instrucciones que el Señorhabía
dado:
La orden de dejar el Sinaí
6 «Cuando estábamos en el monte Sinaí, el Señor nuestro
Dios nos dijo: “Ya pasaron bastante tiempo en este monte. 7 Es
hora de levantar el campamento y seguir adelante. Vayan al territorio montañoso
de los amorreos y a todas las regiones vecinas: el valle del Jordán, la zona
montañosa, las colinas occidentales, el
Neguev y la llanura costera. Vayan a la tierra de los cananeos y al Líbano, y
avancen hasta el gran río Éufrates. 8 ¡Miren,
les doy toda esta tierra! Entren y tomen posesión de ella, porque es la tierra
que elSeñor juró
dar a sus antepasados —Abraham, Isaac y Jacob— y a todos los descendientes de
ellos”».
Moisés nombra líderes de cada tribu
9 Moisés siguió diciendo: «En aquel tiempo, les dije: “Ustedes son una
carga demasiado pesada para sobrellevarla yo solo. 10 El Señor su
Dios los ha aumentado en cantidad, ¡son tan numerosos como las estrellas! 11 ¡Que
elSeñor,
Dios de sus antepasados, los multiplique mil veces más y los bendiga tal como lo
prometió! 12 ¡Pero
ustedes son demasiado peso para llevar! ¿Cómo puedo lidiar con tantos problemas
y discusiones entre ustedes?13 Elijan
a hombres bien respetados de cada tribu, conocidos por su sabiduría y
entendimiento, y yo los nombraré líderes de ustedes”.
14 »Y ustedes respondieron: “Es una buena idea”. 15 Así
que tomé a esos hombres sabios y respetados que ustedes habían elegido de sus
respectivas tribus y los designé para que fueran jueces y funcionarios sobre
ustedes. Algunos estuvieron a cargo de mil personas; otros, de cien; otros, de
cincuenta; y otros, de diez.
16 »En aquel tiempo, les di a los jueces las siguientes instrucciones:
“Ocúpense de oír todos los casos de sus hermanos israelitas y también los de los
extranjeros que viven entre ustedes. Sean totalmente justos en las decisiones
que tomen 17 e
imparciales en sus juicios. Atiendan los casos tanto de los pobres como de los
ricos. No se acobarden ante el enojo de nadie, porque la decisión que ustedes
tomen será la decisión de Dios. Tráiganme a mí los casos que les resulten
demasiado difíciles, y yo me ocuparé de ellos”.
18 »En aquel tiempo, les di instrucciones a ustedes acerca de todo lo que
tenían que hacer.
Exploración de la Tierra Prometida
19 »Entonces, tal como el Señor nuestro
Dios nos ordenó, partimos del monte Sinaí y cruzamos el inmenso y terrible
desierto, como seguramente ustedes recuerdan, y nos dirigimos hacia el
territorio montañoso de los amorreos. Al llegar a Cades-barnea, 20 les
dije: “Han llegado al territorio montañoso de los amorreos, el cual el Señor nuestro
Dios nos da. 21 ¡Miren!
El Señor su
Dios ha puesto esta tierra delante de ustedes. Vayan y tomen posesión de ella
como les dijo en su promesa el Señor,
Dios de sus antepasados. ¡No tengan miedo ni se desanimen!”.
22 »Sin embargo, todos ustedes se acercaron y me dijeron: “Primero
enviemos espías a que exploren la tierra por nosotros. Ellos nos aconsejarán
cuál es la mejor ruta para tomar y en qué aldeas entrar”.
23 »Me pareció una buena idea, así que elegí a doce espías, uno de cada
tribu.24 Se
dirigieron hacia la zona montañosa, llegaron hasta el valle de Escol y lo
exploraron. 25 Cortaron
algunos frutos y los trajeron; luego nos informaron lo siguiente: “La tierra que
el Señor nuestro
Dios nos ha dado es en verdad una muy buena tierra”.
Rebelión de Israel contra el Señor
26 »Sin embargo, ustedes se rebelaron contra la orden del Señor su
Dios y se negaron a entrar. 27 Se
quejaron dentro de sus carpas y dijeron: “Seguro que el Señor nos
odia. Por eso nos trajo desde Egipto, para entregarnos en manos de los amorreos
para que nos maten. 28 ¿Adónde
podemos ir? Nuestros hermanos nos desmoralizaron cuando nos dijeron: ‘Los
habitantes de esa tierra son más altos que nosotros y son más fuertes, y las
ciudades son grandes, ¡con murallas que llegan hasta el cielo! ¡Hasta vimos
gigantes, los descendientes de Anac!’”.
29 »Pero yo les dije: “¡No se asusten ni les tengan miedo! 30 El Señor su
Dios va delante de ustedes. Él peleará por ustedes tal como vieron que hizo en
Egipto.31 También
vieron cómo el Señor su
Dios los cuidó todo el tiempo que anduvieron por el desierto, igual que un padre
cuida de sus hijos; y ahora los trajo hasta este lugar”.
32 »Pero aun después de todo lo que él hizo, ustedes se negaron a confiar
en elSeñor su
Dios, 33 quien
va delante de ustedes buscando los mejores lugares para que acampen, y
guiándolos, de noche con una columna de fuego y de día con una columna de nube.
34 »Cuando el Señor oyó
que se quejaban, se enojó mucho y entonces juró solemnemente: 35 “Ninguno
de esta generación perversa vivirá para ver la buena tierra que juré dar a sus
antepasados, 36 excepto
Caleb, el hijo de Jefone. Él verá la tierra porque siguió al Señor en
todo. Les daré a él y a sus descendientes parte de esa misma tierra que exploró
durante su misión”.
37 »Además, el Señor se
enojó conmigo por culpa de ustedes. Me dijo: “Moisés, ¡tú tampoco entrarás en la
Tierra Prometida! 38 En
cambio, será tu ayudante Josué, hijo de Nun, quien guiará al pueblo hasta llegar
a la tierra. Anímalo, porque él irá al frente cuando los israelitas tomen
posesión de ella. 39 Daré
la tierra a los pequeños del pueblo, a los niños inocentes. Ustedes tenían miedo
de que los pequeños fueran capturados, pero serán ellos los que entrarán a
poseerla. 40 En
cuanto a ustedes, den la vuelta y regresen por el desierto hacia el mar Rojo”.
41 »Luego ustedes confesaron: “¡Hemos pecado contra el Señor!
Ahora iremos y pelearemos por la tierra como el Señor nuestro
Dios nos lo ordenó”. Entonces los hombres tomaron sus armas porque pensaron que
sería fácil atacar la zona montañosa.
42 »Pero el Señor me
encargó que les dijera: “No ataquen, porque yo no estoy con ustedes. Si insisten
en ir solos, serán aplastados por sus enemigos”.
43 »Eso fue lo que les dije, pero ustedes no quisieron escuchar. En
cambio, se rebelaron otra vez contra la orden del Señor y
marcharon con arrogancia a la zona montañosa para pelear. 44 Entonces
los amorreos que vivían allí salieron a atacarlos como un enjambre de abejas.
Los persiguieron y los vencieron por todo el camino desde Seir hasta Horma. 45 Luego
ustedes regresaron y lloraron ante el Señor,
pero él se negó a escucharlos. 46 Por
eso se quedaron en Cades por mucho tiempo.