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14 de Febrero
 

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Éxodo 37

Construcción del arca del pacto

Después, Bezalel construyó el arca de madera de acacia, un cofre sagrado de un metro con quince centímetros de largo, por sesenta y nueve centímetros de ancho, y sesenta y nueve centímetros de alto.[a] La recubrió de oro puro por dentro y por fuera, y le puso una moldura de oro alrededor.Fundió cuatro anillos de oro y los fijó en las cuatro patas, dos anillos a cada lado. Luego hizo varas con madera de acacia y las recubrió de oro.Entonces metió las varas por los anillos que estaban a los costados del arca para transportarla.

Después hizo la tapa del arca —el lugar de la expiación— de oro puro. Medía un metro con quince centímetros de largo, por sesenta y nueve centímetros de ancho.[b] Formó dos querubines de oro labrado a martillo y los colocó en los dos extremos de la tapa de la expiación. Moldeó los querubines a cada extremo de la tapa de la expiación, de modo que formaban una sola pieza de oro con la tapa. Los querubines estaban frente a frente, mirando hacia la tapa de la expiación, con las alas extendidas por encima de la tapa para protegerla.

Construcción de la mesa

10 Luego, Bezalel[c] hizo la mesa con madera de acacia, que medía noventa y dos centímetros de largo, por cuarenta y seis centímetros de ancho, y sesenta y nueve centímetros de alto.[d] 11 La recubrió de oro puro y le puso una moldura de oro alrededor del borde. 12 La adornó con un reborde de ocho centímetros[e] de ancho y le puso una moldura de oro alrededor del reborde.13 Hizo cuatro anillos de oro para la mesa y los fijó en las cuatro esquinas, junto a las cuatro patas. 14 Los anillos fueron fijados cerca del reborde para sostener las varas que se usaban para transportar la mesa. 15 Bezalel hizo las varas con madera de acacia y las recubrió de oro. 16 Después hizo recipientes especiales de oro puro para la mesa —tazones, cucharones, frascos y jarras—, los cuales se usaban al derramar las ofrendas líquidas.

Construcción del candelabro

17 Luego, Bezalel hizo el candelabro de oro puro labrado a martillo. Hizo todo el candelabro y sus decoraciones de una sola pieza: la base, el tronco, las copas para las lámparas, los capullos y los pétalos. 18 El candelabro tenía seis ramas que salían del tronco, tres a cada lado. 19 Cada una de las seis ramas tenía tres copas para las lámparas en forma de flor de almendro, con capullos y pétalos. 20 El tronco del candelabro estaba artesanalmente trabajado con cuatro copas para las lámparas en forma de flor de almendro, con capullos y pétalos. 21 Había un brote de almendro debajo de cada par de ramas, donde las seis ramas salían del tronco, todo hecho de una sola pieza. 22 Los brotes de almendro y las ramas eran de una sola pieza con el tronco de oro puro labrado a martillo.

23 También hizo siete lámparas para el candelabro, las despabiladeras de las lámparas y las bandejas, todo de oro puro. 24 Para hacer el candelabro completo, junto con sus accesorios, se usaron treinta y cuatro kilos[f] de oro puro.

Construcción del altar del incienso

25 Después, Bezalel construyó, con madera de acacia, el altar para quemar el incienso. Lo hizo cuadrado, de cuarenta y seis centímetros de largo y de ancho, y noventa y dos centímetros de alto,[g] con cuernos tallados en las esquinas de la misma pieza de madera del altar. 26 Recubrió de oro puro la parte superior, los lados y los cuernos del altar, y le puso una moldura de oro alrededor de todo el altar. 27 Hizo dos anillos de oro y los fijó en dos lados opuestos del altar, por debajo de la moldura de oro, para que sostuvieran las varas que servían para transportarlo. 28 También hizo las varas con madera de acacia y las recubrió de oro.

29 Luego elaboró el aceite sagrado de la unción y el incienso aromático con la misma técnica que emplea un experto fabricante de incienso.

 

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Éxodo 38

Construcción del altar de las ofrendas quemadas

Luego, Bezalel[a] construyó, con madera de acacia, el altar de las ofrendas quemadas. Era cuadrado, de dos metros con treinta centímetros de ancho y de largo, y un metro con cuarenta centímetros de alto.[b] Hizo cuernos en cada una de las cuatro esquinas, de modo que el altar y los cuernos formaban una sola pieza. Recubrió con bronce el altar. También hizo de bronce todos los utensilios para el altar: recipientes para las cenizas, palas, tazones, tenedores para la carne y braseros. Luego hizo una rejilla de bronce y la instaló, a la mitad de la altura del altar, debajo del borde. Después fundió cuatro anillos y los fijó a las cuatro esquinas de la rejilla de bronce para que sostuvieran las varas que se usaban para transportar el altar. Hizo las varas con madera de acacia y las recubrió de bronce. Metió las varas por los anillos que estaban a los lados del altar. El altar era hueco y estaba hecho con tablas.

Construcción del lavamanos

Además, Bezalel hizo el lavamanos y su base, ambos de bronce usando los espejos de bronce donados por las mujeres que servían a la entrada del tabernáculo.[c]

Construcción del atrio

Después, Bezalel hizo el atrio, el cual estaba encerrado con cortinas de lino de tejido fino. Las cortinas del lado sur medían cuarenta y seis metros de largo[d] 10 y estaban sostenidas por veinte postes encajados firmemente en veinte bases de bronce. Bezalel colgó las cortinas con ganchos y anillos de plata. 11 Luego confeccionó un conjunto de cortinas semejante para el lado norte: de cuarenta y seis metros de largo, sostenidas por veinte postes encajados firmemente en bases de bronce; y también colgó las cortinas con ganchos y anillos de plata. 12 Las cortinas del lado occidental del atrio medían veintitrés metros de largo,[e] y estaban colgadas con ganchos y anillos de plata, y sostenidas por diez postes encajados en diez bases. 13 El lado oriental del atrio, o sea el frente, también medía veintitrés metros de largo.

14 La entrada al atrio estaba ubicada en el lado oriental, flanqueada por dos cortinas. La cortina del lado derecho tenía seis metros con noventa centímetros de largo[f] y estaba sostenida por tres postes encajados en tres bases. 15 La cortina del lado izquierdo también medía seis metros con noventa centímetros de largo y estaba sostenida por tres postes encajados en tres bases. 16 Todas las cortinas que se usaron para el atrio eran de lino de tejido fino. 17 Cada poste tenía una base de bronce, y todos los ganchos y los anillos eran de plata. Los capiteles de los postes del atrio estaban recubiertos de plata, y los anillos para sostener las cortinas eran de plata.

18 Para la entrada del atrio, confeccionó una cortina de lino de tejido fino y la adornó con un hermoso bordado de hilo azul, púrpura y escarlata. Medía nueve metros con veinte centímetros de largo y dos metros con treinta centímetros de alto,[g] igual que las cortinas de las paredes del atrio. 19 Estaba sostenida por cuatro postes, cada uno encajado firmemente en su propia base de bronce. Los capiteles de los postes estaban recubiertos de plata, y los ganchos y los anillos también eran de plata.

20 Todas las estacas que se usaban en el tabernáculo y en el atrio eran de bronce.

Inventario de materiales

21 A continuación se detalla un inventario de los materiales empleados en la construcción del tabernáculo del pacto.[h] Los levitas compilaron las cifras bajo la dirección de Moisés. Itamar, hijo del sacerdote Aarón, fue el encargado de registrarlas. 22 Bezalel, hijo de Uri y nieto de Hur, de la tribu de Judá, llevó a cabo la obra tal como el Señor le había ordenado a Moisés. 23 Le ayudó Aholiab, hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan, un artesano experto en grabar, en diseñar y en bordar con hilo azul, púrpura y escarlata sobre tela de lino fino.

24 El pueblo contribuyó con ofrendas especiales de oro, que sumaron un total de 994 kilos,[i] calculado según el peso del siclo del santuario. Este oro se usó en todo el tabernáculo.

25 Toda la comunidad de Israel dio 3420 kilos[j] de plata, calculado según el peso del siclo del santuario. 26 Esta plata procedía del impuesto que cada hombre había pagado al registrarse en el censo. (El impuesto era de un becá, que equivale a medio siclo,[k] según el peso del siclo del santuario). Recaudaron el impuesto de los 603.550 hombres que ya habían cumplido veinte años de edad. 27 Para construir las cien bases para los soportes de las paredes del santuario y los postes que sostenían la cortina interior se necesitaron 3400 kilos de plata, es decir, unos 34 kilos por cada base.[l] 28 Los 20 kilos[m] de plata restantes se usaron para hacer los ganchos y los anillos, y para recubrir los capiteles de los postes.

29 El pueblo también presentó como ofrenda especial 2407 kilos[n] de bronce,30 el cual se usó para fundir las bases de los postes que estaban en la entrada del tabernáculo, y para el altar de bronce con su rejilla de bronce y todos los utensilios del altar. 31 También se usó el bronce para hacer las bases de los postes que sostenían las cortinas alrededor del atrio, las bases para las cortinas que estaban en la entrada del atrio y todas las estacas para el tabernáculo y el atrio.

 

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Mateo 28

La resurrección

El domingo por la mañana temprano,[a] cuando amanecía el nuevo día, María Magdalena y la otra María fueron a visitar la tumba.

¡De repente, se produjo un gran terremoto! Pues un ángel del Señor descendió del cielo, corrió la piedra a un lado y se sentó sobre ella. Su rostro brillaba como un relámpago, y su ropa era blanca como la nieve. Los guardias temblaron de miedo cuando lo vieron y cayeron desmayados por completo.

Entonces, el ángel les habló a las mujeres: «¡No teman! —dijo—. Sé que buscan a Jesús, el que fue crucificado. ¡No está aquí! Ha resucitado tal como dijo que sucedería. Vengan, vean el lugar donde estaba su cuerpo. Y ahora, vayan rápidamente y cuéntenles a sus discípulos que ha resucitado y que va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán. Recuerden lo que les he dicho».

Las mujeres se fueron a toda prisa. Estaban asustadas pero a la vez llenas de gran alegría, y se apresuraron para dar el mensaje del ángel a los discípulos. Mientras iban, Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas corrieron hasta él, abrazaron sus pies y lo adoraron. 10 Entonces Jesús les dijo:«¡No teman! Digan a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán».

El informe de los guardias

11 Mientras las mujeres estaban en camino, algunos de los guardias entraron en la ciudad y les contaron a los principales sacerdotes lo que había sucedido.12 Se convocó a una reunión con los ancianos, y decidieron dar a los soldados un gran soborno. 13 Les dijeron: «Ustedes deben decir: “Los discípulos de Jesús vinieron durante la noche, mientras dormíamos, y robaron el cuerpo”.14 Si llega a oídos del gobernador, nosotros los respaldaremos, así no se meterán en problemas». 15 Entonces los guardias aceptaron el soborno y dijeron lo que les habían ordenado. Su historia corrió por todas partes entre los judíos y la siguen contando hasta el día de hoy.

La gran comisión

16 Entonces los once discípulos salieron hacia Galilea y se dirigieron al monte que Jesús les había indicado. 17 Cuando vieron a Jesús, lo adoraron, ¡pero algunos de ellos dudaban!

18 Jesús se acercó y dijo a sus discípulos: «Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. 19 Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones,[b] bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. 20 Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos».

 

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Salmos 34:11-22

Salmo de David, acerca de cuando se hizo pasar por loco frente a Abimelec,
quien lo echó de su presencia.

1

Vengan, hijos míos, y escúchenme,
    y les enseñaré a temer al Señor.
12 ¿Quieres vivir una vida
    larga y próspera?
13 ¡Entonces refrena tu lengua de hablar el mal
    y tus labios de decir mentiras!
14 Apártate del mal y haz el bien;
    busca la paz y esfuérzate por mantenerla.

15 Los ojos del Señor están sobre los que hacen lo bueno;
    sus oídos están abiertos a sus gritos de auxilio.
16 Pero el Señor aparta su rostro de los que hacen lo malo;
    borrará todo recuerdo de ellos de la faz de la tierra.
17 El Señor oye a los suyos cuando claman a él por ayuda;
    los rescata de todas sus dificultades.
18 El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón;
    él rescata a los de espíritu destrozado.

19 La persona íntegra enfrenta muchas dificultades,
    pero el Señor llega al rescate en cada ocasión.
20 Pues el Señor protege los huesos de los justos;
    ¡ni uno solo es quebrado!

21 Sin duda, la calamidad destruirá a los perversos,
    y los que odian a los justos serán castigados.
22 Pero el Señor redimirá a los que le sirven;
    ninguno que se refugie en él será condenado.

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