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13 de Febrero
 

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Éxodo 35:10-35

10 »Vengan, todos los que sean hábiles artesanos y construyan todo lo que elSeñor ha ordenado:

11 el tabernáculo y la carpa sagrada, la cubierta, los broches, los soportes, los travesaños, los postes y las bases;
12 el arca y las varas para transportarla;
la tapa del arca: el lugar de la expiación;
la cortina interior que protege el arca;
13 la mesa, con las varas para transportarla, y todos sus utensilios;
el pan de la Presencia;
14 para el alumbrado: el candelabro, sus accesorios, las copas para las lámparas y el aceite de oliva para la iluminación;
15 el altar del incienso y las varas para transportarlo;
el aceite de la unción y el incienso aromático;
la cortina para la entrada del tabernáculo;
16 el altar de las ofrendas quemadas, la rejilla de bronce del altar, las varas para transportarlo y sus utensilios;
el lavamanos con su base;
17 las cortinas para las paredes del atrio;
los postes y sus bases;
la cortina para la entrada del atrio;
18 las estacas para el tabernáculo y el atrio, y sus cuerdas;
19 las vestiduras finamente confeccionadas para los sacerdotes, las cuales usarán mientras sirvan en el Lugar Santo: las vestiduras sagradas para el sacerdote Aarón y las vestiduras que sus hijos llevarán puestas cuando ministren como sacerdotes».

20 Entonces, toda la comunidad de Israel se despidió de Moisés, y cada cual regresó a su carpa. 21 Todos aquellos con el corazón motivado y el espíritu conmovido regresaron con ofrendas sagradas al Señor. Trajeron todos los materiales que se necesitaban para levantar el tabernáculo,[a] para realizar las ceremonias y para confeccionar las vestiduras sagradas. 22 Vinieron todos los que tenían el corazón dispuesto, tanto hombres como mujeres, y trajeron al Señor sus ofrendas de oro: broches, aretes, anillos y collares. Presentaron toda clase de objetos de oro como una ofrenda especial para el Señor. 23 Todos los que poseían hilo azul, púrpura y escarlata; lino fino y pelo de cabra para tela; pieles de carnero curtidas y cuero de cabra de la mejor calidad, los traían voluntariamente. 24 Además, todos los que tenían objetos de plata o de bronce los entregaron como una ofrenda sagrada al Señor, y quienes tenían madera de acacia la dispusieron para que se usara en el proyecto.

25 Todas las mujeres que tenían habilidades para la costura y el tejido prepararon hilo azul, púrpura y escarlata, y tela de lino fino, y los entregaron.26 Todas las mujeres de buena voluntad pusieron en práctica su habilidad para hilar el pelo de cabra. 27 Los líderes entregaron piedras de ónice y otras piedras preciosas para incrustarlas en el efod y en el pectoral del sacerdote.28 También contribuyeron con especias y aceite de oliva para el alumbrado, el aceite de la unción y el incienso aromático. 29 Así, todos los del pueblo de Israel —cada hombre y cada mujer con deseos de colaborar en la obra que elSeñor les había dado por medio de Moisés— presentaron sus ofrendas con generosidad al Señor.

30 Luego Moisés dijo al pueblo de Israel: «El Señor ha escogido específicamente a Bezalel, el hijo de Uri y nieto de Hur, de la tribu de Judá. 31 El Señor llenó a Bezalel del Espíritu de Dios, y le dio gran sabiduría, capacidad y destreza en toda clase de artes manuales y oficios. 32 Él es un maestro artesano, experto en trabajar el oro, la plata y el bronce. 33 Es hábil en grabar, en incrustar piedras preciosas y en tallar madera. ¡Es un maestro en todo trabajo artístico!34 El Señor les ha dado tanto a él como a Aholiab, hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan, la capacidad de enseñar a otros sus habilidades técnicas. 35 El Señorlos ha dotado de un talento especial en el arte de grabar, de diseñar, de tejer y bordar en hilo azul, púrpura y escarlata de lino fino. Ellos se destacan como artesanos y diseñadores.

 

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Éxodo 36

»El Señor ha dado sabiduría a Bezalel, a Aholiab y a los demás talentosos artesanos, y los ha dotado de habilidad para realizar todas las tareas relacionadas con la construcción del santuario. Que construyan y amueblen el tabernáculo tal como el Señor ordenó».

2 Así que Moisés mandó llamar a Bezalel y Aholiab y a todos los otros a quienes el Señor había dotado de modo especial y que estaban ansiosos por ponerse a trabajar. 3 Moisés les entregó los materiales que el pueblo de Israel había donado como ofrendas sagradas para completar la construcción del santuario. Sin embargo, el pueblo seguía entregando ofrendas adicionales cada mañana. 4 Finalmente, los artesanos que trabajaban en el santuario dejaron su labor, 5 fueron a ver a Moisés y le informaron: «¡La gente ha dado más de lo necesario para terminar la obra que el Señor nos ha ordenado hacer!».

6 Entonces Moisés dio una orden, y se envió el siguiente mensaje por todo el campamento: «Hombres y mujeres: no preparen más ofrendas para el santuario. ¡Ya tenemos lo suficiente!». Por lo tanto, la gente dejó de llevar sus ofrendas sagradas. 7 Sus contribuciones fueron más que suficientes para completar todo el proyecto.

Construcción del santuario
8 Los hábiles artesanos hicieron diez cortinas de lino de tejido fino para el tabernáculo. Luego, Bezalel[a] adornó las cortinas con hilo azul, púrpura y escarlata, y con querubines hábilmente bordados. 9 Las diez cortinas tenían exactamente la misma medida: doce metros con noventa centímetros de largo, por un metro con ochenta centímetros de ancho.[b] 10 Se juntaron cinco de estas cortinas para hacer una larga, y lo mismo se hizo con las otras cinco para formar una segunda cortina larga. 11 Bezalel hizo cincuenta presillas de tejido azul y las puso a lo largo del borde de la última cortina de cada conjunto. 12 Las cincuenta presillas a lo largo del borde de una cortina coincidían con las cincuenta presillas a lo largo del borde de la otra cortina. 13 Luego hizo cincuenta broches de oro y los usó para sujetar las dos cortinas largas. De ese modo, el tabernáculo se formaba de una pieza completa.

14 Además confeccionó once cortinas con tejido de pelo de cabra para que sirvieran de cubierta para el tabernáculo. 15 Las once cortinas tenían exactamente la misma medida: trece metros con ochenta centímetros de largo, por un metro con ochenta centímetros de ancho.[c] 16 Bezalel juntó cinco de estas cortinas para formar una larga, y luego juntó las otras seis para formar una segunda cortina larga. 17 Hizo cincuenta presillas para colocar en el borde de cada cortina larga 18 y también hizo cincuenta broches de bronce para enganchar las dos cortinas largas. De ese modo, la cubierta se formaba de una pieza completa. 19 También completó la cubierta con una capa de pieles de carnero curtidas y otra capa de cuero de cabra de la mejor calidad.

20 Para el armazón del tabernáculo, Bezalel construyó soportes de madera de acacia. 21 Cada soporte medía cuatro metros con sesenta centímetros de alto, por sesenta y nueve centímetros de ancho,[d] 22 y tenía dos estacas debajo de cada soporte. Todos los soportes eran idénticos. 23 Bezalel construyó veinte de estos soportes para sostener las cortinas del lado sur del tabernáculo. 24 Hizo también cuarenta bases de plata —dos bases por cada soporte—, y las estacas encajaban firmemente en las bases. 25 Para el lado norte del tabernáculo, construyó otros veinte soportes 26 con sus cuarenta bases de plata (dos bases por cada soporte). 27 Hizo seis soportes para la parte posterior —es decir, el lado occidental del tabernáculo— 28 junto con dos soportes más para reforzar las esquinas de la parte posterior del tabernáculo. 29 Los soportes de las esquinas estaban emparejados por abajo y firmemente sujetados por arriba con un solo anillo, esto formaba un solo esquinero. Ambos esquineros se hicieron de la misma manera. 30 Así que había ocho soportes en la parte posterior del tabernáculo sobre dieciséis bases de plata (dos bases por cada soporte).

31 Después hizo travesaños de madera de acacia para unir las estructuras: cinco travesaños para el lado norte del tabernáculo 32 y cinco para el lado sur. Preparó también cinco travesaños para la parte posterior del tabernáculo, que da al occidente. 33 Fijó el travesaño central a la mitad de la altura de los soportes, el cual pasaba de un extremo del tabernáculo al otro. 34 Recubrió de oro los soportes e hizo anillos de oro para sostener los travesaños, y también recubrió de oro los travesaños.

35 Para el interior del tabernáculo, Bezalel hizo una cortina especial, de lino de tejido fino. La adornó con hilo azul, púrpura y escarlata, y con querubines hábilmente bordados. 36 Para colgar la cortina, hizo cuatro postes de madera de acacia y cuatro ganchos de oro. También recubrió de oro los postes y los colocó en cuatro bases de plata.

37 Luego confeccionó otra cortina, para la entrada de la carpa sagrada. La elaboró con lino de tejido fino y la bordó con diseños refinados, usando hilo azul, púrpura y escarlata. 38 La cortina fue colgada de ganchos de oro que estaban sujetos a cinco postes. Los postes, con sus capiteles decorativos y ganchos, estaban recubiertos de oro, y las cinco bases eran de bronce fundido.

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Mateo 27:32-66

La crucifixión

32 En el camino, se encontraron con un hombre llamado Simón, quien era de Cirene,[g] y los soldados lo obligaron a llevar la cruz de Jesús. 33 Salieron a un lugar llamado Gólgota (que significa «Lugar de la Calavera»). 34 Los soldados le dieron a Jesús vino mezclado con hiel amarga, pero cuando la probó, se negó a beberla.

35 Después de clavarlo en la cruz, los soldados sortearon su ropa tirando los dados.[h] 36 Luego se sentaron alrededor e hicieron guardia mientras él estaba colgado allí. 37 Encima de la cabeza de Jesús, colocaron un letrero, que anunciaba el cargo en su contra. Decía: «Este es Jesús, el Rey de los judíos».38 Con él crucificaron a dos revolucionarios,[i] uno a su derecha y otro a su izquierda.

39 La gente que pasaba por allí gritaba insultos y movía la cabeza en forma burlona. 40 «¡Pero mírate ahora! —le gritaban—. Dijiste que ibas a destruir el templo y a reconstruirlo en tres días. Muy bien, si eres el Hijo de Dios, sálvate a ti mismo y bájate de la cruz».

41 Los principales sacerdotes, los maestros de la ley religiosa y los ancianos también se burlaban de Jesús. 42 «Salvó a otros —se mofaban—, ¡pero no puede salvarse a sí mismo! Con que es el Rey de Israel, ¿no? ¡Que baje de la cruz ahora mismo y creeremos en él! 43 Confió en Dios, entonces, ¡que Dios lo rescate ahora si lo quiere! Pues dijo: “Soy el Hijo de Dios”». 44 Hasta los revolucionarios que estaban crucificados con Jesús se burlaban de él de la misma manera.

Muerte de Jesús

45 Al mediodía, la tierra se llenó de oscuridad hasta las tres de la tarde. 46 A eso de las tres de la tarde, Jesús clamó en voz fuerte: «Eli, Eli,[j] ¿lema sabactani?», que significa «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»[k].

47 Algunos que pasaban por allí entendieron mal y pensaron que estaba llamando al profeta Elías. 48 Uno de ellos corrió y empapó una esponja en vino agrio, la puso sobre una caña de junco y la levantó para que pudiera beber.49 Pero los demás dijeron: «¡Espera! A ver si Elías viene a salvarlo».[l]

50 Entonces Jesús volvió a gritar y entregó su espíritu. 51 En ese momento, la cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. La tierra tembló, las rocas se partieron en dos, 52 y las tumbas se abrieron. Los cuerpos de muchos hombres y mujeres justos que habían muerto resucitaron.53 Salieron del cementerio luego de la resurrección de Jesús, entraron en la santa ciudad de Jerusalén y se aparecieron a mucha gente.

54 El oficial romano[m] y los otros soldados que estaban en la crucifixión quedaron aterrorizados por el terremoto y por todo lo que había sucedido. Dijeron: «¡Este hombre era verdaderamente el Hijo de Dios!».

55 Muchas mujeres que habían llegado desde Galilea con Jesús para cuidar de él, miraban de lejos. 56 Entre ellas estaban María Magdalena, María (la madre de Santiago y José), y la madre de Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo.

Entierro de Jesús

57 Al acercarse la noche, José, un hombre rico de Arimatea que se había convertido en seguidor de Jesús, 58 fue a ver a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato emitió una orden para que se lo entregaran. 59 José tomó el cuerpo y lo envolvió en un largo lienzo de lino limpio. 60 Lo colocó en una tumba nueva, su propia tumba que había sido tallada en la roca. Luego hizo rodar una gran piedra para tapar la entrada y se fue. 61 Tanto María Magdalena como la otra María estaban sentadas frente a la tumba y observaban.

La guardia en la tumba

62 Al día siguiente, que era el día de descanso,[n] los principales sacerdotes y los fariseos fueron a ver a Pilato. 63 Le dijeron:

—Señor, recordamos lo que dijo una vez ese mentiroso cuando todavía estaba con vida: “Luego de tres días resucitaré de los muertos”. 64 Por lo tanto, le pedimos que selle la tumba hasta el tercer día. Eso impedirá que sus discípulos vayan y roben su cuerpo, y luego le digan a todo el mundo que él resucitó de los muertos. Si eso sucede, estaremos peor que al principio.

65 Pilato les respondió:

—Tomen guardias y aseguren la tumba lo mejor que puedan.

66 Entonces ellos sellaron la tumba y pusieron guardias para que la protegieran.

 

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Salmos 34:1-10

Salmo de David, acerca de cuando se hizo pasar por loco frente a Abimelec,
quien lo echó de su presencia.

Alabaré al Señor en todo tiempo;
    a cada momento pronunciaré sus alabanzas.
Solo en el Señor me jactaré;
    que todos los indefensos cobren ánimo.
Vengan, hablemos de las grandezas del Señor;
    exaltemos juntos su nombre.

Oré al Señor, y él me respondió;
    me libró de todos mis temores.
Los que buscan su ayuda estarán radiantes de alegría;
    ninguna sombra de vergüenza les oscurecerá el rostro.
En mi desesperación oré, y el Señor me escuchó;
    me salvó de todas mis dificultades.
Pues el ángel del Señor es un guardián;
    rodea y defiende a todos los que le temen.

Prueben y vean que el Señor es bueno;
    ¡qué alegría para los que se refugian en él!
Teman al Señor, ustedes los de su pueblo santo,
    pues los que le temen tendrán todo lo que necesitan.
10 Hasta los leones jóvenes y fuertes a veces pasan hambre,
    pero a los que confían en el Señor no les faltará ningún bien.

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