Éxodo 35:10-35
10 »Vengan, todos los que sean hábiles artesanos y construyan todo lo que
elSeñor ha
ordenado:
11 el tabernáculo y la carpa sagrada, la cubierta, los broches, los
soportes, los travesaños, los postes y las bases;
12 el arca y las varas para transportarla;
la tapa del arca: el lugar de la expiación;
la cortina interior que protege el arca;
13 la mesa, con las varas para transportarla, y todos sus utensilios;
el pan de la Presencia;
14 para el alumbrado: el candelabro, sus accesorios, las copas para
las lámparas y el aceite de oliva para la iluminación;
15 el altar del incienso y las varas para transportarlo;
el aceite de la unción y el incienso aromático;
la cortina para la entrada del tabernáculo;
16 el altar de las ofrendas quemadas, la rejilla de bronce del altar,
las varas para transportarlo y sus utensilios;
el lavamanos con su base;
17 las cortinas para las paredes del atrio;
los postes y sus bases;
la cortina para la entrada del atrio;
18 las estacas para el tabernáculo y el atrio, y sus cuerdas;
19 las vestiduras finamente confeccionadas para los sacerdotes, las
cuales usarán mientras sirvan en el Lugar Santo: las vestiduras sagradas
para el sacerdote Aarón y las vestiduras que sus hijos llevarán puestas
cuando ministren como sacerdotes».
20 Entonces, toda la comunidad de Israel se despidió de Moisés, y cada
cual regresó a su carpa. 21 Todos
aquellos con el corazón motivado y el espíritu conmovido regresaron con ofrendas
sagradas al Señor.
Trajeron todos los materiales que se necesitaban para levantar el tabernáculo, para
realizar las ceremonias y para confeccionar las vestiduras sagradas. 22 Vinieron
todos los que tenían el corazón dispuesto, tanto hombres como mujeres, y
trajeron al Señor sus
ofrendas de oro: broches, aretes, anillos y collares. Presentaron toda clase de
objetos de oro como una ofrenda especial para el Señor. 23 Todos
los que poseían hilo azul, púrpura y escarlata; lino fino y pelo de cabra para
tela; pieles de carnero curtidas y cuero de cabra de la mejor calidad, los
traían voluntariamente. 24 Además,
todos los que tenían objetos de plata o de bronce los entregaron como una
ofrenda sagrada al Señor,
y quienes tenían madera de acacia la dispusieron para que se usara en el
proyecto.
25 Todas las mujeres que tenían habilidades para la costura y el tejido
prepararon hilo azul, púrpura y escarlata, y tela de lino fino, y los
entregaron.26 Todas
las mujeres de buena voluntad pusieron en práctica su habilidad para hilar el
pelo de cabra. 27 Los
líderes entregaron piedras de ónice y otras piedras preciosas para incrustarlas
en el efod y en el pectoral del sacerdote.28 También
contribuyeron con especias y aceite de oliva para el alumbrado, el aceite de la
unción y el incienso aromático. 29 Así,
todos los del pueblo de Israel —cada hombre y cada mujer con deseos de colaborar
en la obra que elSeñor les
había dado por medio de Moisés— presentaron sus ofrendas con generosidad al Señor.
30 Luego Moisés dijo al pueblo de Israel: «El Señor ha
escogido específicamente a Bezalel, el hijo de Uri y nieto de Hur, de la tribu
de Judá. 31 El Señor llenó
a Bezalel del Espíritu de Dios, y le dio gran sabiduría, capacidad y destreza en
toda clase de artes manuales y oficios. 32 Él
es un maestro artesano, experto en trabajar el oro, la plata y el bronce. 33 Es
hábil en grabar, en incrustar piedras preciosas y en tallar madera. ¡Es un
maestro en todo trabajo artístico!34 El Señor les
ha dado tanto a él como a Aholiab, hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan, la
capacidad de enseñar a otros sus habilidades técnicas. 35 El Señorlos
ha dotado de un talento especial en el arte de grabar, de diseñar, de tejer y
bordar en hilo azul, púrpura y escarlata de lino fino. Ellos se destacan como
artesanos y diseñadores.

Éxodo 36
»El Señor ha dado sabiduría a Bezalel, a Aholiab y a los demás
talentosos artesanos, y los ha dotado de habilidad para realizar
todas las tareas relacionadas con la construcción del santuario. Que
construyan y amueblen el tabernáculo tal como el Señor ordenó».
2 Así que Moisés mandó llamar a Bezalel y Aholiab y a todos
los otros a quienes el Señor había dotado de modo especial y que
estaban ansiosos por ponerse a trabajar. 3 Moisés les entregó los
materiales que el pueblo de Israel había donado como ofrendas
sagradas para completar la construcción del santuario. Sin embargo,
el pueblo seguía entregando ofrendas adicionales cada mañana. 4
Finalmente, los artesanos que trabajaban en el santuario dejaron su
labor, 5 fueron a ver a Moisés y le informaron: «¡La gente ha dado
más de lo necesario para terminar la obra que el Señor nos ha
ordenado hacer!».
6 Entonces Moisés dio una orden, y se envió el siguiente
mensaje por todo el campamento: «Hombres y mujeres: no preparen más
ofrendas para el santuario. ¡Ya tenemos lo suficiente!». Por lo
tanto, la gente dejó de llevar sus ofrendas sagradas. 7 Sus
contribuciones fueron más que suficientes para completar todo el
proyecto.
Construcción del santuario
8 Los hábiles artesanos hicieron diez cortinas de lino de
tejido fino para el tabernáculo. Luego, Bezalel[a] adornó las
cortinas con hilo azul, púrpura y escarlata, y con querubines
hábilmente bordados. 9 Las diez cortinas tenían exactamente la misma
medida: doce metros con noventa centímetros de largo, por un metro
con ochenta centímetros de ancho.[b] 10 Se juntaron cinco de estas
cortinas para hacer una larga, y lo mismo se hizo con las otras
cinco para formar una segunda cortina larga. 11 Bezalel hizo
cincuenta presillas de tejido azul y las puso a lo largo del borde
de la última cortina de cada conjunto. 12 Las cincuenta presillas a
lo largo del borde de una cortina coincidían con las cincuenta
presillas a lo largo del borde de la otra cortina. 13 Luego hizo
cincuenta broches de oro y los usó para sujetar las dos cortinas
largas. De ese modo, el tabernáculo se formaba de una pieza
completa.
14 Además confeccionó once cortinas con tejido de pelo de
cabra para que sirvieran de cubierta para el tabernáculo. 15 Las
once cortinas tenían exactamente la misma medida: trece metros con
ochenta centímetros de largo, por un metro con ochenta centímetros
de ancho.[c] 16 Bezalel juntó cinco de estas cortinas para formar
una larga, y luego juntó las otras seis para formar una segunda
cortina larga. 17 Hizo cincuenta presillas para colocar en el borde
de cada cortina larga 18 y también hizo cincuenta broches de bronce
para enganchar las dos cortinas largas. De ese modo, la cubierta se
formaba de una pieza completa. 19 También completó la cubierta con
una capa de pieles de carnero curtidas y otra capa de cuero de cabra
de la mejor calidad.
20 Para el armazón del tabernáculo, Bezalel construyó
soportes de madera de acacia. 21 Cada soporte medía cuatro metros
con sesenta centímetros de alto, por sesenta y nueve centímetros de
ancho,[d] 22 y tenía dos estacas debajo de cada soporte. Todos los
soportes eran idénticos. 23 Bezalel construyó veinte de estos
soportes para sostener las cortinas del lado sur del tabernáculo. 24
Hizo también cuarenta bases de plata —dos bases por cada soporte—, y
las estacas encajaban firmemente en las bases. 25 Para el lado norte
del tabernáculo, construyó otros veinte soportes 26 con sus cuarenta
bases de plata (dos bases por cada soporte). 27 Hizo seis soportes
para la parte posterior —es decir, el lado occidental del
tabernáculo— 28 junto con dos soportes más para reforzar las
esquinas de la parte posterior del tabernáculo. 29 Los soportes de
las esquinas estaban emparejados por abajo y firmemente sujetados
por arriba con un solo anillo, esto formaba un solo esquinero. Ambos
esquineros se hicieron de la misma manera. 30 Así que había ocho
soportes en la parte posterior del tabernáculo sobre dieciséis bases
de plata (dos bases por cada soporte).
31 Después hizo travesaños de madera de acacia para unir las
estructuras: cinco travesaños para el lado norte del tabernáculo 32
y cinco para el lado sur. Preparó también cinco travesaños para la
parte posterior del tabernáculo, que da al occidente. 33 Fijó el
travesaño central a la mitad de la altura de los soportes, el cual
pasaba de un extremo del tabernáculo al otro. 34 Recubrió de oro los
soportes e hizo anillos de oro para sostener los travesaños, y
también recubrió de oro los travesaños.
35 Para el interior del tabernáculo, Bezalel hizo una cortina
especial, de lino de tejido fino. La adornó con hilo azul, púrpura y
escarlata, y con querubines hábilmente bordados. 36 Para colgar la
cortina, hizo cuatro postes de madera de acacia y cuatro ganchos de
oro. También recubrió de oro los postes y los colocó en cuatro bases
de plata.
37 Luego confeccionó otra cortina, para la entrada de la
carpa sagrada. La elaboró con lino de tejido fino y la bordó con
diseños refinados, usando hilo azul, púrpura y escarlata. 38 La
cortina fue colgada de ganchos de oro que estaban sujetos a cinco
postes. Los postes, con sus capiteles decorativos y ganchos, estaban
recubiertos de oro, y las cinco bases eran de bronce fundido.

Mateo 27:32-66
La crucifixión
32 En el camino, se encontraron con un hombre llamado Simón,
quien era de Cirene, y
los soldados lo obligaron a llevar la cruz de Jesús. 33 Salieron
a un lugar llamado Gólgota (que significa «Lugar de la Calavera»). 34 Los
soldados le dieron a Jesús vino mezclado con hiel amarga, pero
cuando la probó, se negó a beberla.
35 Después de clavarlo en la cruz, los soldados sortearon su
ropa tirando los dados. 36 Luego
se sentaron alrededor e hicieron guardia mientras él estaba colgado
allí. 37 Encima
de la cabeza de Jesús, colocaron un letrero, que anunciaba el cargo
en su contra. Decía: «Este es Jesús, el Rey de los judíos».38 Con
él crucificaron a dos revolucionarios, uno
a su derecha y otro a su izquierda.
39 La gente que pasaba por allí gritaba insultos y movía la
cabeza en forma burlona. 40 «¡Pero
mírate ahora! —le gritaban—. Dijiste que ibas a destruir el templo y
a reconstruirlo en tres días. Muy bien, si eres el Hijo de Dios,
sálvate a ti mismo y bájate de la cruz».
41 Los principales sacerdotes, los maestros de la ley
religiosa y los ancianos también se burlaban de Jesús. 42 «Salvó
a otros —se mofaban—, ¡pero no puede salvarse a sí mismo! Con que es
el Rey de Israel, ¿no? ¡Que baje de la cruz ahora mismo y creeremos
en él! 43 Confió
en Dios, entonces, ¡que Dios lo rescate ahora si lo quiere! Pues
dijo: “Soy el Hijo de Dios”». 44 Hasta
los revolucionarios que estaban crucificados con Jesús se burlaban
de él de la misma manera.
Muerte de Jesús
45 Al mediodía, la tierra se llenó de oscuridad hasta las tres
de la tarde. 46 A
eso de las tres de la tarde, Jesús clamó en voz fuerte: «Eli,
Eli, ¿lema
sabactani?», que
significa «Dios
mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?».
47 Algunos que pasaban por allí entendieron mal y pensaron que
estaba llamando al profeta Elías. 48 Uno
de ellos corrió y empapó una esponja en vino agrio, la puso sobre
una caña de junco y la levantó para que pudiera beber.49 Pero
los demás dijeron: «¡Espera! A ver si Elías viene a salvarlo».
50 Entonces Jesús volvió a gritar y entregó su espíritu. 51 En
ese momento, la cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de
arriba abajo. La tierra tembló, las rocas se partieron en dos, 52 y
las tumbas se abrieron. Los cuerpos de muchos hombres y mujeres
justos que habían muerto resucitaron.53 Salieron
del cementerio luego de la resurrección de Jesús, entraron en la
santa ciudad de Jerusalén y se aparecieron a mucha gente.
54 El oficial romano y
los otros soldados que estaban en la crucifixión quedaron
aterrorizados por el terremoto y por todo lo que había sucedido.
Dijeron: «¡Este hombre era verdaderamente el Hijo de Dios!».
55 Muchas mujeres que habían llegado desde Galilea con Jesús
para cuidar de él, miraban de lejos. 56 Entre
ellas estaban María Magdalena, María (la madre de Santiago y José),
y la madre de Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo.
Entierro de Jesús
57 Al acercarse la noche, José, un hombre rico de Arimatea que
se había convertido en seguidor de Jesús, 58 fue
a ver a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato emitió una
orden para que se lo entregaran. 59 José
tomó el cuerpo y lo envolvió en un largo lienzo de lino limpio. 60 Lo
colocó en una tumba nueva, su propia tumba que había sido tallada en
la roca. Luego hizo rodar una gran piedra para tapar la entrada y se
fue. 61 Tanto
María Magdalena como la otra María estaban sentadas frente a la
tumba y observaban.
La guardia en la tumba
62 Al día siguiente, que era el día de descanso, los
principales sacerdotes y los fariseos fueron a ver a Pilato. 63 Le
dijeron:
—Señor, recordamos lo que dijo una vez ese mentiroso cuando todavía
estaba con vida: “Luego de tres días resucitaré de los muertos”. 64 Por
lo tanto, le pedimos que selle la tumba hasta el tercer día. Eso
impedirá que sus discípulos vayan y roben su cuerpo, y luego le
digan a todo el mundo que él resucitó de los muertos. Si eso sucede,
estaremos peor que al principio.
65 Pilato les respondió:
—Tomen guardias y aseguren la tumba lo mejor que puedan.
66 Entonces ellos sellaron la tumba y pusieron guardias para
que la protegieran.


Salmos
34:1-10
Salmo de David, acerca de cuando se hizo pasar por loco frente a
Abimelec,
quien lo echó de su presencia.
1 Alabaré al Señor en
todo tiempo;
a
cada momento pronunciaré sus alabanzas.
2 Solo en el Señor me
jactaré;
que
todos los indefensos cobren ánimo.
3 Vengan, hablemos de las grandezas del Señor;
exaltemos
juntos su nombre.
4 Oré al Señor,
y él me respondió;
me
libró de todos mis temores.
5 Los que buscan su ayuda estarán radiantes de alegría;
ninguna
sombra de vergüenza les oscurecerá el rostro.
6 En mi desesperación oré, y el Señor me
escuchó;
me
salvó de todas mis dificultades.
7 Pues el ángel del Señor es
un guardián;
rodea
y defiende a todos los que le temen.
8 Prueben y vean que el Señor es
bueno;
¡qué
alegría para los que se refugian en él!
9 Teman al Señor,
ustedes los de su pueblo santo,
pues
los que le temen tendrán todo lo que necesitan.
10 Hasta los leones jóvenes y fuertes a veces pasan
hambre,
pero
a los que confían en el Señor no
les faltará ningún bien.
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