Es cierto que Dios recompensará a los que nos acusan falsamente,
pero ¡qué difícil es permanecer en silencio y dejar que Dios actúe
por nosotros! Moisés y Aarón sabían esta verdad, ya que sus
actitudes se mantuvieron firmes en el mayor desafío a su autoridad
en el desierto. La "contradicción de Coré" (Judas 11) se menciona
como el ejemplo más escandaloso y peligroso de rebelión en el
Antiguo Testamento. Moisés pudo haber ordenado fácilmente la muerte
de los líderes de la oposición o luchar contra ellos en una pelea a
puñetazos. En su lugar, "se tiró al suelo con su rostro en tierra"
(Números 16:4). Eligió a dejar que Dios ejecute su propia justicia.
Jesús mostró un espíritu tranquilo y humilde ante Pilatos. A pesar
de la ola tras ola de acusaciones calumniosas, "...para sorpresa de
Pilato, Jesús no dijo nada" (Marcos 15: 5). Llegó el momento cuando
Moisés y Jesús fueron justificados por Dios ante todos los hombres,
Moisés cuando la tierra se tragó a Coré, y Jesús a través de la
resurrección.
Sé paciente, humilde y tranquilo ante tu Dios. Proclamá junto al
salmista: "Pero Dios es mi ayuda. El Señor es quien me mantiene
vivo!" (Salmo 54:4).
70 días pasaron. 295 restan aún para alcanzar tu victoria... |