Al estar el pueblo de Israel de pie junto al Monte Sinaí y recibir
allí los mandamientos de Dios, el trueno, un fuerte sonido de
trompeta, un relámpago, y el humo, todo hizo que la gente diga, "que
no nos hable Dios directamente, porque moriremos!" (Éxodo 20:19).
La voz del Señor es un poder indescriptible, similar a un rayo que
atraviesa todo tu ser. El sonido y el poder de su voz refuerzan el
temor de Dios que los israelitas debían mostrar en sus relaciones
con otros. No fueron a robar, oprimir, o ser injustos con los demás
en ninguna manera. Dios dijo: "Si los explotas de alguna manera y
ellos claman a mí, ten por seguro que oiré su clamor. Mi enojo se
encenderá contra ti y te mataré a filo de espada. Entonces tus
esposas serán las viudas y tus hijos los huérfanos." (Éxodo 22
23-24). Cualquier persona que pueda robar casualmente en nombre de
terceros o de Dios, nunca ha escuchado la voz del Señor.
Jesús dijo a sus discípulos: "Pues, así como el relámpago destella
en el oriente y brilla en el occidente, así será cuando venga el
Hijo del Hombre." (Mateo 24:27).
¡Preparate para la mayor manifestación de la voz del Señor: el
regreso de Cristo!
34 días terminaron, 331 traen bendición y éxito! |