3 de Abril

 

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Deut 23:1-25:17
Lucas 10:13-37
Salmo 75:1-10
Proverbios 3
Deuteronomio 23

Ordenanzas sobre la adoración

23 [a] »No se admitirá en la asamblea del Señor a ningún hombre que tenga los testículos aplastados o el pene mutilado.

»No se admitirá en la asamblea del Señor a ningún hijo ilegítimo ni a sus descendientes hasta la décima generación.

»No se admitirá en la asamblea del Señor a ningún amonita ni moabita ni tampoco a sus descendientes hasta la décima generación. Esas naciones no te recibieron con alimento ni agua cuando saliste de Egipto. En cambio, contrataron a Balaam, hijo de Beor, proveniente del lejano Petor, en Aram-naharaim, para que te maldijera.Pero el Señor tu Dios se negó a escuchar a Balaam y convirtió esa maldición en bendición, porque el Señor tu Dios te ama. Jamás en tu vida buscarás el bienestar ni la prosperidad de los amonitas ni de los moabitas.

»No detestes a los edomitas ni a los egipcios, porque los edomitas son tus parientes y porque viviste como extranjero entre los egipcios. Podrá entrar en la asamblea del Señor la tercera generación de los edomitas y de los egipcios.

Ordenanzas varias

»Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, asegúrate de mantenerte lejos de toda impureza.

10 »Cualquier hombre que quede ceremonialmente impuro debido a una emisión nocturna deberá alejarse del campamento y quedarse allí el resto del día. 11 Hacia el atardecer, tendrá que bañarse y podrá volver al campamento al ponerse el sol.

12 »Deberás designar una zona fuera del campamento donde puedas ir a hacer tus necesidades. 13 Cada persona tendrá una pala[b] entre sus herramientas. Cuando vayas a hacer tus necesidades, cava un hoyo con la pala y luego cubre el excremento. 14 El campamento debe ser santo, porque el Señor tu Dios se mueve dentro de él para protegerte y derrotar a tus enemigos. Ten cuidado de que él no vea nada vergonzoso en medio de ti, o se alejará de tu lado.

15 »Si un esclavo huye de su amo y se refugia contigo, no lo devuelvas a su amo. 16 Déjalo vivir en medio de ti en cualquier ciudad que elija y no lo oprimas.

17 »Ningún israelita, sea hombre o mujer, se dedicará a la prostitución ritual del templo. 18 Para cumplir con un juramento, no lleves a la casa del Señor tu Dios ninguna ofrenda que provenga de la ganancia de un hombre[c] o de una mujer que se haya prostituido, pues ambos son detestables al Señor tu Dios.

19 »No cobres intereses por los préstamos que le hagas a otro israelita, sea que le prestes dinero, alimento o cualquier otra cosa. 20 Puedes cobrar intereses a los extranjeros, pero no les cobrarás a los israelitas, para que elSeñor tu Dios te bendiga en todo lo que hagas en la tierra donde estás a punto de entrar y que vas a poseer.

21 »Cuando hagas un voto al Señor tu Dios, no tardes en cumplir lo que le prometiste. Pues el Señor tu Dios te exige que cumplas todos tus votos sin demora, o serás culpable de pecado. 22 Sin embargo, no es pecado abstenerse de hacer un voto. 23 Pero una vez que voluntariamente hagas un voto, asegúrate de cumplir lo que prometiste al Señor tu Dios.

24 »Cuando entres en el viñedo de un vecino, podrás comer todas las uvas que quieras, pero no te llevarás nada en una canasta. 25 También, cuando entres en el campo de un vecino, podrás arrancar los granos de trigo con la mano, pero no cortarás las espigas con la hoz.

Deuteronomio 24

1 »Supongamos que un hombre se casa con una mujer, pero ella no le agrada. Resulta que él encuentra algo reprochable en ella, entonces le escribe una carta de divorcio, se la entrega y la echa de su casa. 2 Una vez que ella abandona la casa, queda libre para volver a casarse. 3 Sin embargo, si el segundo marido también la desprecia y se divorcia de ella o se muere, 4 el primer marido no podrá casarse de nuevo con ella, porque ha quedado impura. Sería un acto detestable a los ojos del Señor. No debes manchar de culpa la tierra que el Señor tu Dios te da como preciada posesión.

»A un hombre recién casado no se le debe reclutar para el ejército ni se le debe asignar alguna otra responsabilidad oficial. Debe estar libre para pasar un año en su casa, haciendo feliz a la mujer con la que se casó.

»Está mal tomar un conjunto de piedras de molino —ni siquiera la piedra de arriba— como garantía por un préstamo que hayas hecho, porque el dueño las necesita para ganarse la vida.

»Si alguno secuestra a otro israelita y lo trata como esclavo o lo vende, el criminal deberá morir. De ese modo, limpiarás la maldad que haya en medio de ti.

»En todos los casos relacionados con enfermedades graves de la piel,[a] asegúrate de seguir las instrucciones de los sacerdotes levitas; obedece todos los mandatos que les di. Acuérdate de lo que el Señor tu Dios le hizo a Miriam cuando saliste de Egipto.

10 »Si le prestas algo a tu vecino, no entres en su casa para tomar el objeto que tiene que darte como garantía.11 Debes esperar afuera hasta que él entre y te lo traiga. 12 Si tu vecino es pobre y te da su abrigo como garantía por un préstamo, no retengas la prenda durante la noche. 13 Devuélvela a su dueño antes de que caiga el sol, para que pueda abrigarse durante la noche y te bendiga; y el Señor tu Dios te considerará justo.

14 »Jamás te aproveches de los obreros pobres y desamparados, ya sean hermanos israelitas o extranjeros que vivan en tu ciudad. 15 Debes pagarles lo que les corresponde al final del día, antes de que caiga el sol, porque son pobres y cuentan con esa paga para vivir. De lo contrario, ellos podrían clamar al Señor en tu contra, y tú serías culpable de pecado.

16 »Los padres no deben morir por los pecados de los hijos ni los hijos deben morir por los pecados de los padres. Los que merezcan la muerte serán ejecutados por sus propios delitos.

17 »Debes actuar con justicia con los huérfanos y con los extranjeros que vivan en tu tierra, y nunca aceptes la ropa de una viuda como garantía por su deuda. 18 Recuerda siempre que fuiste esclavo en Egipto y que el Señortu Dios te rescató de la esclavitud. Es por eso que te doy este mandato.

19 »Cuando estés juntando la cosecha y olvides un atado de grano en el campo, no regreses a buscarlo. Déjalo allí para los extranjeros, los huérfanos y las viudas. Entonces el Señor tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas.20 Cuando sacudas los olivos para que caigan las aceitunas, no pases por las mismas ramas dos veces. Deja las aceitunas que quedan en el árbol para los extranjeros, los huérfanos y las viudas. 21 Cuando coseches las uvas de tu viñedo, no repases las vides. Deja los racimos que quedan para los extranjeros, los huérfanos y las viudas.22 Recuerda que fuiste esclavo en la tierra de Egipto. Es por eso que te doy este mandato.

Deuteronomio 25

25 »Supongamos que dos personas llevan un altercado ante el tribunal, y los jueces declaran que una tiene razón y que la otra está equivocada. Si a la persona que está equivocada la condenan a ser azotada, el juez deberá ordenarle que se ponga en el piso y reciba, en su presencia, la cantidad de azotes correspondientes al delito que cometió. Pero nunca le den más de cuarenta azotes; más de cuarenta azotes sería una humillación pública para tu hermano israelita.

»No le pongas bozal al buey para impedirle que coma mientras trilla el grano.

»Si dos hermanos viven en una misma propiedad, y uno de ellos muere sin tener un hijo varón, la viuda no podrá casarse con alguien que no sea de la familia. En cambio, el hermano de su esposo tendrá que casarse y tener relaciones sexuales con ella para cumplir con los deberes de un cuñado. Al primer hijo varón que ella tenga de esa relación se le considerará hijo del hermano fallecido, para que su nombre no sea olvidado en Israel.

»Sin embargo, si el hombre se niega a casarse con la viuda de su hermano, ella deberá ir a la puerta de la ciudad y decirles a los ancianos allí reunidos: “El hermano de mi esposo se niega a preservar el nombre de su hermano en Israel: se niega a cumplir con los deberes de un cuñado al no casarse conmigo”. Entonces los ancianos de la ciudad lo llamarán y hablarán con él. Si aun así se niega y dice: “No quiero casarme con ella”, la viuda se acercará a él en presencia de los ancianos, le quitará la sandalia del pie y le escupirá la cara. Luego declarará: “Esto es lo que le pasa a un hombre que se niega a darle hijos a su hermano”. 10 A partir de entonces, todo Israel se referirá a su familia como “¡la familia del hombre al que le quitaron la sandalia!”.

11 »Si dos israelitas se enredan en una pelea, y la mujer de uno de ellos trata de rescatar a su marido agarrando al otro hombre de los testículos, 12 tendrás que cortarle la mano. No le muestres compasión.

13 »Usa balanzas exactas cuando tengas que pesar mercadería, 14 y que tus medidas sean completas y legítimas.15 Así es, usa siempre pesas y medidas legítimas para que disfrutes de una larga vida en la tierra que el Señor tu Dios te da. 16 Todo el que engaña con pesas y medidas falsas es detestable a los ojos del Señor tu Dios.

17 »Nunca te olvides de lo que los amalecitas te hicieron cuando salías de Egipto. 18 Te atacaron cuando estabas cansado y agotado, e hirieron de muerte a los más débiles que se habían quedado atrás. No tuvieron temor de Dios. 19 Por lo tanto, cuando el Señor tu Dios te haya dado descanso de todos tus enemigos en la tierra que te da como preciada posesión, destruirás a los amalecitas y borrarás su memoria de la faz de la tierra. ¡No lo olvides nunca!

 

Lucas 10:13-37

13 »¡Qué aflicción les espera, Corazín y Betsaida! Pues, si en las perversas ciudades de Tiro y de Sidón se hubieran hecho los milagros que hice entre ustedes, hace tiempo sus habitantes se habrían arrepentido de sus pecados vistiéndose de tela áspera y echándose ceniza sobre la cabeza en señal de remordimiento. 14 Así es, el día del juicio, les irá mejor a Tiro y Sidón que a ustedes. 15 Y ustedes, los de Capernaúm, ¿serán honrados en el cielo? No, descenderán al lugar de los muertos[b]».

16 Entonces dijo a sus discípulos: «El que acepta el mensaje de ustedes me acepta también a mí. El que los rechaza a ustedes a mí me rechaza. Y el que me rechaza a mí rechaza a Dios, quien me envió».

17 Cuando los setenta y dos discípulos regresaron, le informaron llenos de alegría:

—¡Señor, hasta los demonios nos obedecen cuando usamos tu nombre!

18 —Sí —les dijo—. Vi a Satanás caer del cielo como un rayo. 19 Miren, les he dado autoridad sobre todos los poderes del enemigo; pueden caminar entre serpientes y escorpiones y aplastarlos. Nada les hará daño. 20 Pero no se alegren de que los espíritus malignos los obedezcan; alégrense porque sus nombres están escritos en el cielo.

Jesús da gracias al Padre

21 En esa misma ocasión, Jesús se llenó del gozo del Espíritu Santo y dijo: «Oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, gracias por esconder estas cosas de los que se creen sabios e inteligentes y por revelárselas a los que son como niños. Sí, Padre, te agradó hacerlo de esa manera.

22 »Mi Padre me ha confiado todo. Nadie conoce verdaderamente al Hijo excepto el Padre, y nadie conoce verdaderamente al Padre excepto el Hijo y aquellos a quienes el Hijo decide revelarlo».

23 Después, cuando estuvieron a solas, se volvió a sus discípulos y les dijo: «Benditos los ojos que ven lo que ustedes han visto. 24 Les digo que muchos profetas y reyes anhelaron ver lo que ustedes ven, pero no lo vieron; y anhelaron oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron».

El mandamiento más importante

25 Cierto día, un experto en la ley religiosa se levantó para probar a Jesús con la siguiente pregunta:

—Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?

26 Jesús contestó:

—¿Qué dice la ley de Moisés? ¿Cómo la interpretas?

27 El hombre contestó:

—“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu fuerza y con toda tu mente” y “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”[c].

28 —¡Correcto! —le dijo Jesús—. ¡Haz eso y vivirás!

29 El hombre quería justificar sus acciones, entonces le preguntó a Jesús:

—¿Y quién es mi prójimo?

Parábola del buen samaritano

30 Jesús respondió con una historia:

—Un hombre judío bajaba de Jerusalén a Jericó y fue atacado por ladrones. Le quitaron la ropa, le pegaron y lo dejaron medio muerto al costado del camino.

31 »Un sacerdote pasó por allí de casualidad, pero cuando vio al hombre en el suelo, cruzó al otro lado del camino y siguió de largo. 32 Un ayudante del templo[d] pasó y lo vio allí tirado, pero también siguió de largo por el otro lado.

33 »Entonces pasó un samaritano despreciado y, cuando vio al hombre, sintió compasión por él. 34 Se le acercó y le alivió las heridas con vino y aceite de oliva, y se las vendó. Luego subió al hombre en su propio burro y lo llevó hasta un alojamiento, donde cuidó de él. 35 Al día siguiente, le dio dos monedas de plata[e] al encargado de la posada y le dijo: “Cuida de este hombre. Si los gastos superan esta cantidad, te pagaré la diferencia la próxima vez que pase por aquí”.

36 —Ahora bien, ¿cuál de los tres te parece que fue el prójimo del hombre atacado por los bandidos? —preguntó Jesús.

37 El hombre contestó:

—El que mostró compasión.

Entonces Jesús le dijo:

—Así es, ahora ve y haz lo mismo.

 

Sal 75:1-10

¡Te damos gracias, oh Dios!,
    te damos gracias porque estás cerca;
    por todas partes, la gente habla de tus hechos maravillosos.

Dios dice: «En el momento que tengo pensado,
    haré justicia contra los perversos.
Cuando la tierra tiembla y sus habitantes viven en caos,
    yo soy quien mantiene firme sus cimientos. Interludio

»Al orgulloso le advertí: “¡Deja de jactarte!”.
    Al perverso le dije: “¡No levantes tus puños!
No levantes tus puños desafiantes contra los cielos
    ni hables con semejante arrogancia”».
Pues nadie en la tierra —del oriente ni del occidente,
    ni siquiera del desierto—
    debería alzar[a] un puño desafiante.
Dios es el único que juzga;
    él decide quién se levantará y quién caerá.
Pues el Señor sostiene una copa en la mano,
    llena de vino espumoso mezclado con especias.
Él derrama el vino en señal de juicio,
    y todos los malvados lo beberán
    hasta la última gota.

En cuanto a mí, siempre proclamaré lo que Dios ha hecho;
    cantaré alabanzas al Dios de Jacob.
10 Pues Dios dice: «Quebraré la fuerza de los malvados,
    pero aumentaré el poder de los justos».

 

 

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