Levítico
27:14-34
14 »Si alguien dedica una casa al Señor,
el sacerdote irá para valorarla. El cálculo del sacerdote será definitivo, ya
sea alto o bajo. 15 Si
la persona que dedicó la casa quiere volver a comprarla, tendrá que pagar el
valor fijado por el sacerdote, más un veinte por ciento. Entonces la casa
volverá a ser suya.
16 »Si alguno le dedica al Señor una
porción de su propiedad familiar, el valor será determinado de acuerdo con la
cantidad de semilla que se necesita para sembrarla: cincuenta siclos de plata
para un campo sembrado con cinco canastas de semilla de cebada. 17 Si
se dedica el campo al Señor en
el año de jubileo, entonces será aplicable la valoración total. 18 Pero
si dedican el campo después del año de jubileo, el sacerdote hará el cálculo del
valor del terreno en proporción con el número de años que falte para el
siguiente año de jubileo. Su valor calculado se reduce cada año. 19 Si
la persona que dedicó el campo desea volver a comprarlo, tendrá que pagar el
valor fijado por el sacerdote, más un veinte por ciento. Entonces el campo
volverá a ser suyo legalmente. 20 Pero
si no desea volver a comprarlo, y el campo se vende a otro, ya no se podrá
recuperar. 21 Cuando
el campo quede libre en el año de jubileo, este será santo, un campo
especialmente apartado para
el Señor y
llegará a ser propiedad de los sacerdotes.
22 »Si alguien le dedica al Señor algún
campo que haya comprado, pero que no es parte de su propiedad familiar, 23 el
sacerdote establecerá su valor basado en el número de años que falten hasta el
siguiente año de jubileo. Ese mismo día, tendrá que dar el valor del campo como
un donativo sagrado al Señor.24 En
el año de jubileo el campo tendrá que ser devuelto al que lo vendió, la persona
que lo heredó como una propiedad familiar. 25 (Todos
los pagos se harán calculados según el peso del siclo del santuario, que
equivale a veinte geras).
26 »No se te permite dedicarle al Señor el
primogénito de los animales, porque la primera cría del ganado, de las ovejas y
de las cabras ya le pertenece alSeñor. 27 Sin
embargo, podrás volver a comprar el primogénito de un animal ceremonialmente
impuro al pagar el valor establecido por el sacerdote, más un veinte por ciento.
Si no lo vuelves a comprar, el sacerdote lo venderá por el precio establecido.
28 »No obstante, todo lo que se haya apartado especialmente para el Señor —ya
sea una persona, un animal o una propiedad familiar— nunca deberá ser vendido ni
rescatado. Todo lo que se consagre de esta manera ha sido apartado como santo y
le pertenece al Señor. 29 Ninguna
persona apartada especialmente para destrucción podrá ser rescatada. Esa persona
será ejecutada.
30 »La décima parte de los productos de la tierra, ya sea grano de los
campos o fruto de los árboles, le pertenece al Señor y
debe ser apartada, es santa para el Señor. 31 Si
deseas volver a comprar esa décima parte del grano o de la fruta que pertenece
al Señor,
tendrás que pagar su valor, más un veinte por ciento. 32 Cuenta
uno de cada diez animales de tus manadas y rebaños, sepáralo, es santo para el Señor. 33 No
podrás ser exigente entre animales buenos y malos, y no podrás sustituir uno por
otro. Pero si intercambias un animal por otro, tanto el primer animal como el
sustituto serán considerados santos y no podrás comprarlos de nuevo».
34 Estos son los mandatos que el Señor dio
por medio de Moisés a los israelitas en el monte Sinaí.

Números 1
Registro de las tropas de Israel
Un año después de la salida de Israel de Egipto, el Señor le
habló a Moisés en el tabernáculo en
el desierto de Sinaí. El primer día del segundo mesde
ese año le dijo: 2 «Registren
los nombres de todos los guerreros de toda la comunidad de Israel,
por sus clanes y sus familias. Anoten en la lista a todos los
hombres 3 que
tengan veinte años o más y que sean aptos para la guerra. Tú y Aarón
anoten a las tropas 4 con
la ayuda de un jefe de familia por cada tribu.
5 »Estas son las tribus y los nombres de los jefes que te
ayudarán:
Tribu |
Jefe |
Rubén |
Elisur, hijo de Sedeur |
6 Simeón |
Selumiel, hijo de Zurisadai |
7 Judá |
Naasón, hijo de Aminadab |
8 Isacar |
Natanael, hijo de Zuar |
9 Zabulón |
Eliab, hijo de Helón |
10 Efraín, hijo de José |
Elisama, hijo de Amiud |
Manasés, hijo de José |
Gamaliel, hijo de Pedasur |
11 Benjamín |
Abidán, hijo de Gedeoni |
12 Dan |
Ahiezer, hijo de Amisadai |
13 Aser |
Pagiel, hijo de Ocrán |
14 Gad |
Eliasaf, hijo de Deuel |
15 Neftalí |
Ahira, hijo de Enán |
16 Estos son los jefes escogidos de la comunidad, jefes de sus
tribus patriarcales, cabezas de los clanes de Israel».
17 Entonces Moisés y Aarón convocaron a los jefes elegidos 18 y
reunieron a toda la comunidad de Israel ese mismo día. Se
anotó a toda la gente según su descendencia por sus clanes y sus
familias. Los varones de Israel de veinte años o más fueron anotados
uno por uno, 19 tal
como el Señor le
había ordenado a Moisés. Así que Moisés registró sus nombres
mientras estaban en el desierto de Sinaí.
20-21 Este es el número de los hombres de veinte años o más
que eran aptos para la guerra, como quedaron escritos en el registro
según su propio clan y su familia:
Tribu |
Número |
Rubén (el hijo mayor de Jacob) |
46.500 |
22-23 Simeón |
59.300 |
24-25 Gad |
45.650 |
26-27 Judá |
74.600 |
28-29 Isacar |
54.400 |
30-31 Zabulón |
57.400 |
32-33 Efraín, hijo de José |
40.500 |
34-35 Manasés, hijo de José |
32.200 |
36-37 Benjamín |
35.400 |
38-39 Dan |
62.700 |
40-41 Aser |
41.500 |
42-43 Neftalí |
53.400 |
44 Moisés, Aarón y los doce jefes de Israel anotaron a estos
hombres, agrupados de acuerdo a su familia patriarcal. 45 Todos
los hombres de Israel que tenían veinte años o más y que eran aptos
para la guerra fueron registrados por familias. 46 En
total sumaban 603.550.
47 Pero este total no incluía a los levitas, 48 porque
el Señor le
había dicho a Moisés: 49 «No
incluyas a la tribu de Leví en la lista. No los cuentes con el resto
de los israelitas. 50 Pon
a los levitas a cargo del tabernáculo del pacto,así
como del mobiliario y sus accesorios. Cuando ustedes viajen, los
levitas transportarán el tabernáculo junto con todo su mobiliario,
lo cuidarán y acamparán a su alrededor. 51 Cuando
sea tiempo de trasladar el tabernáculo, los levitas lo desarmarán, y
cuando sea tiempo de detenerse, ellos lo armarán nuevamente. Sin
embargo, cualquier persona no autorizada que se acerque al
tabernáculo será ejecutada. 52 Cada
tribu de Israel acampará en un área designada y bajo su propio
estandarte; 53 pero
los levitas acamparán alrededor del tabernáculo del pacto para
proteger a la comunidad de Israel del enojo del Señor.
Los levitas son responsables de permanecer en guardia alrededor del
tabernáculo».
54 Así que los israelitas hicieron todo tal como el Señor le
había ordenado a Moisés.

Marcos 10:32-52
Jesús predice otra vez su muerte
32 Subían rumbo a Jerusalén, y Jesús caminaba delante de
ellos. Los discípulos estaban llenos de asombro y la gente que los
seguía, abrumada de temor. Jesús tomó a los doce discípulos aparte
y, una vez más, comenzó a describir todo lo que estaba por
sucederle. 33 «Escuchen —les
dijo—, subimos
a Jerusalén, donde el Hijo del Hombre será
traicionado y entregado a los principales sacerdotes y a los
maestros de la ley religiosa. Lo condenarán a muerte y lo entregarán
a los romanos. 34 Se
burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán con un látigo y lo
matarán; pero después de tres días, resucitará».
Jesús enseña acerca del servicio a los demás
35 Entonces Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron
y dijeron:
—Maestro, queremos que nos hagas un favor.
36 —¿Cuál
es la petición? —preguntó
él.
37 Ellos contestaron:
—Cuando te sientes en tu trono glorioso, nosotros queremos sentarnos
en lugares de honor a tu lado, uno a tu derecha y el otro a tu
izquierda.
38 Jesús les dijo:
—¡No saben lo que piden! ¿Acaso pueden beber de la copa amarga de
sufrimiento que yo estoy a punto de beber? ¿Acaso pueden ser
bautizados con el bautismo de sufrimiento con el cual yo tengo que
ser bautizado?
39 —Claro que sí —contestaron ellos—, ¡podemos!
Entonces Jesús les dijo:
—Es cierto, beberán de mi copa amarga y serán bautizados con mi
bautismo de sufrimiento; 40 pero
no me corresponde a mí decir quién se sentará a mi derecha o a mi
izquierda. Dios preparó esos lugares para quienes él ha escogido.
41 Cuando los otros diez discípulos oyeron lo que Santiago y
Juan habían pedido, se indignaron. 42 Así
que Jesús los reunió a todos y les dijo: «Ustedes
saben que los gobernantes de este mundo tratan a su pueblo con
prepotencia y los funcionarios hacen alarde de su autoridad frente a
los súbditos. 43 Pero
entre ustedes será diferente. El que quiera ser líder entre ustedes
deberá ser sirviente, 44 y
el que quiera ser el primero entre ustedes deberá ser esclavo de los
demás. 45 Pues
ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir
a otros y para dar su vida en rescate por muchos».
Jesús sana al ciego Bartimeo
46 Después llegaron a Jericó y mientras Jesús y sus discípulos
salían de la ciudad, una gran multitud los siguió. Un mendigo ciego
llamado Bartimeo (hijo de Timeo) estaba sentado junto al camino. 47 Cuando
Bartimeo oyó que Jesús de Nazaret estaba cerca, comenzó a gritar:
«¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!».
48 «¡Cállate!», muchos le gritaban, pero él gritó aún más
fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!».
49 Cuando Jesús lo oyó, se detuvo y dijo: «Díganle
que se acerque».
Así que llamaron al ciego. «Anímate —le dijeron—. ¡Vamos, él te
llama!».50 Bartimeo
echó a un lado su abrigo, se levantó de un salto y se acercó a
Jesús.
51 —¿Qué
quieres que haga por ti? —preguntó
Jesús.
—Mi Rabí —dijo
el hombre ciego—, ¡quiero ver!
52 Y Jesús le dijo:
—Puedes irte, pues tu fe te ha sanado.
Al instante el hombre pudo ver y siguió a Jesús por el camino.


Salmos
46
1
Para el director del coro: cántico de los descendientes de Coré;
entónese con voces de soprano.
1 Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza;
siempre
está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad.
2 Por lo tanto, no temeremos cuando vengan terremotos
y
las montañas se derrumben en el mar.
3 ¡Que rujan los océanos y hagan espuma!
¡Que
tiemblen las montañas mientras suben las aguas! Interludio
4 Un río trae gozo a la ciudad de nuestro Dios,
el
hogar sagrado del Altísimo.
5 Dios habita en esa ciudad; no puede ser destruida;
en
cuanto despunte el día, Dios la protegerá.
6 ¡Las naciones se encuentran en un caos,
y
sus reinos se desmoronan!
¡La voz de Dios truena,
y
la tierra se derrite!
7 El Señor de
los Ejércitos Celestiales está entre nosotros;
el
Dios de Israel es
nuestra fortaleza. Interludio
8 Vengan, vean las obras gloriosas del Señor:
miren
cómo trae destrucción sobre el mundo.
9 Él hace cesar las guerras en toda la tierra;
quiebra
el arco y rompe la lanza
y
quema con fuego los escudos.
10 «¡Quédense quietos y sepan que yo soy Dios!
Toda
nación me honrará.
Seré
honrado en el mundo entero».
11 El Señor de
los Ejércitos Celestiales está entre nosotros;
el
Dios de Israel es nuestra fortaleza. Interludio
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