No envidies a la gente malvada,
ni
desees su compañía.
2 Pues en su corazón traman violencia
y
sus palabras siempre traen problemas.
3 Una casa se edifica con sabiduría
y
se fortalece por medio del buen juicio.
4 Mediante el conocimiento se llenan sus
cuartos
de
toda clase de riquezas y objetos valiosos.
5 Los sabios son más poderosos que los
fuertes,
y
los que tienen conocimiento se hacen cada vez más
fuertes.
6 Así que, no vayas a la guerra sin consejo
sabio;
la
victoria depende de que tengas muchos consejeros.
7 La sabiduría es demasiado elevada para los
necios.
Entre
los líderes en la puerta de la ciudad, los necios no
tienen nada que decir.
8 Una persona que maquina el mal
se
gana la fama de alborotador.
9 Las intrigas del necio son pecaminosas;
todos
detestan al burlón.
10 Si fallas bajo presión,
tu
fuerza es escasa.
11 Rescata a los que están injustamente
condenados a morir,
sálvalos
mientras van tambaleando hacia su muerte.
12 No te excuses diciendo: «Ay, no lo
sabíamos».
Pues
Dios conoce cada corazón y él te ve.
El que cuida tu alma sabe bien que tú sabías.
Él
pagará a cada uno según merecen sus acciones.
13 Come miel, hijo mío, porque es buena,
y
el panal es dulce al paladar.
14 Así también, la sabiduría es dulce a tu
alma.
Si
la encuentras, tendrás un futuro brillante,
y
tus esperanzas no se truncarán.
15 No estés al acecho frente a la casa del
justo,
ni
ataques el lugar donde vive.
16 Los justos podrán tropezar siete veces,
pero volverán a levantarse.
En
cambio, basta una sola calamidad para derribar al
perverso.
17 No te alegres cuando tus enemigos caigan;
no
te pongas contento cuando tropiecen.
18 Pues el Señor se
molestará contigo
y
quitará su enojo de ellos.
19 No te inquietes por causa de los que hacen
el mal,
ni
envidies a los perversos.
20 Pues la gente mala no tiene futuro;
la
luz de los perversos se apagará.
21 Hijo mío, teme al Señor y
al rey.
No te juntes con los rebeldes,
22 porque
repentinamente les vendrá la calamidad.
¿Quién sabe qué castigo les caerá
de
parte del Señor y
del rey?
Más dichos de los sabios
23 A continuación hay más dichos de los sabios:
No es correcto mostrar favoritismo al emitir un
juicio.
24 El juez que dice al perverso: «Eres
inocente»,
será
maldecido por muchos y denunciado por las naciones.
25 En cambio, les irá bien a los que condenan
al culpable;
recibirán
bendiciones en abundancia.
26 Una respuesta sincera
es
como un beso amistoso.
27 Antes de construir tu casa
haz
tus planes y prepara los campos.
28 No testifiques contra tus vecinos sin
motivo;
no
mientas cuando hables de ellos.
29 No digas: «¡Ahora me voy a vengar de lo que
me hicieron!
¡Me
desquitaré con ellos!».
30 Pasé por el campo de un perezoso,
por
el viñedo de uno que carece de sentido común.
31 Vi que habían crecido espinos por todas
partes.
Estaba
cubierto de maleza,
y
sus muros destruidos.
32 Entonces, mientras miraba y pensaba en lo
que veía,
aprendí
esta lección:
33 un rato más de dormir, un poquito más de
sueño,
un
breve descanso con los brazos cruzados,
34 entonces la pobreza te asaltará como un
bandido;
la
escasez te atacará como un ladrón armado.