El corazón del rey es como un arroyo dirigido por el Señor,
quien
lo guía por donde él quiere.
2 La gente puede considerarse en lo correcto según
su propia opinión,
pero
el Señor examina
el corazón.
3 Al Señor le
agrada más cuando hacemos lo que es correcto y justo
que
cuando le ofrecemos sacrificios.
4 Los ojos arrogantes, el corazón orgulloso,
y
las malas acciones, son pecado.
5 Los planes bien pensados y el arduo trabajo
llevan a la prosperidad,
pero
los atajos tomados a la carrera conducen a la pobreza.
6 La riqueza fruto de una lengua mentirosa
es
una neblina que se esfuma y una trampa mortal.
7 La violencia de los perversos arrasará con
ellos,
porque
se niegan a hacer lo que es justo.
8 El culpable camina por un sendero torcido;
el
inocente anda por un camino recto.
9 Es mejor vivir solo en un rincón de la azotea
que
en una casa preciosa con una esposa que busca pleitos.
10 Los malvados desean el mal;
no
muestran compasión a sus vecinos.
11 Si castigas al burlón, los ingenuos llegan a
ser sabios;
si
instruyes al sabio será aún más sabio.
12 El Justo sabe
lo que ocurre en el hogar de los perversos;
él
traerá desastre sobre ellos.
13 Los que tapan sus oídos al clamor del pobre
tampoco
recibirán ayuda cuando pasen necesidad.
14 El regalo en secreto calma el enojo;
el
soborno por debajo de la mesa aplaca la furia.
15 La justicia es una alegría para los justos,
pero
hace temblar a los malhechores.
16 La persona que se aparta del sentido común
terminará
en compañía de los muertos.
17 Los que aman el placer se vuelven pobres;
los
que aman el vino y el lujo nunca llegarán a ser ricos.
18 Los perversos son castigados en lugar de los
justos,
y
los traidores, en lugar de las personas honradas.
19 Es mejor vivir solo en el desierto
que
con una esposa que se queja y busca pleitos.
20 Los sabios tienen riquezas y lujos,
pero
los necios gastan todo lo que consiguen.
21 El que busca la justicia y el amor inagotable
encontrará
vida, justicia y honor.
22 El sabio conquista la ciudad de los fuertes
y
arrasa la fortaleza en que confían.
23 Cuida tu lengua y mantén la boca cerrada,
y
no te meterás en problemas.
24 Los burlones son orgullosos y altaneros;
actúan
con una arrogancia que no tiene límites.
25 Por mucho que desee, el perezoso acabará en la
ruina,
porque
sus manos se niegan a trabajar.
26 Hay quienes se la pasan codiciando todo el
tiempo,
¡pero
a los justos les encanta dar!
27 El sacrificio del malvado es detestable,
sobre
todo cuando lo ofrece con malas intenciones.
28 El testigo falso será silenciado,
pero
al testigo creíble se le permitirá hablar.
29 El perverso finge para salir del apuro,
pero
el honrado piensa antes de actuar.
30 No hay sabiduría humana ni entendimiento ni
proyecto
que
puedan hacerle frente al Señor.
31 El caballo se prepara para el día de la
batalla,
pero
la victoria pertenece al Señor.