El perdón y la misericordia son los más altos puntos de la agenda de
Dios. La ciudad de refugio era un lugar designado de gracia, donde
una persona que había cometido un error podía correr en busca de
refugio y protección de la venganza. Cuando el sumo sacerdote moría,
la persona que había quedado a salvo del juicio también era
restaurada a una vida normal.
El hombre que bajó del techo a la presencia de Jesús oyó que Jesús
le dijo: "Hijo, tus pecados te son perdonados" (Lucas 5:20). Esa
declaración abarcaba tanto su perdón y su sanidad. Cuando son
perdonados tus pecados, ser sanado es fácil!
Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, murió en nuestro lugar. Ahora somos
libres para vivir como pecadores perdonados, restaurados. Cuando
éramos vencidos por nuestros pecados, Jesús perdonó nuestros pecados
(Salmo 65:3). Aunque no podemos ver el pecado, es un enemigo
abrumador. Nos aflige, aplasta nuestra vida, y nos puede llevar al
infierno para siempre.
Corré a la ciudad de refugio! Corré hacia el propiciatorio! Estás
perdonado por la sangre de Cristo, y ahora, como el paralítico,
podés... "ponerse de pie, toma tu camilla y vete a tu casa" (Lucas
5:24).
81 días pasaron. Quedan 284.
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