Israel se dio cuenta de que los dioses de Egipto, que los habían
mantenido cautivos durante tanto tiempo fueron derrotados por las
diez plagas. Por ejemplo, el "dios del Nilo" fue derrotado cuando el
poderoso río se convirtió en sangre (Éxodo 7:20-21), y el "dios del
sol" fue derrotado por la oscuridad que cayó sobre la tierra (Éxodo
10:21-23). Después de la última plaga en relación con el
primogénito, los israelitas fueron libres de irse. Triunfantes
salieron de la tierra de su cautividad. Ellos no se deslizaron fuera
de la ciudad o corrieron por sus vidas durante la noche. En cambio,
"se fueron desafiantes, a la vista de todos los egipcios" (Números
33:3).
Como creyentes del Nuevo Testamento, tenemos el mismo privilegio de
audacia como lo hicieron los israelitas. Jesús ha vencido a nuestros
enemigos: "El tiempo del juicio para el mundo ha llegado, cuando el
príncipe de este mundo será echado fuera" (Juan 12:31). Por lo
tanto, debemos mostrar el mismo denuedo contra el diablo como lo
hizo Jesús cuando Él abiertamente ordenó al demonio que "esté en
silencio" (Lucas 4:35). Jesús vio a la enfermedad y la posesión
demoníaca como una invasión injusta del enemigo, y así debemos
hacerlo nosotros.
Levantate hoy y con valor liberate de las cadenas y la esclavitud de
Satanás. El precio ha sido pagado por tu libertad. Proponete no
servir más a Faraón!
80 días pasaron ya. 285 están aún por delante.
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