Levítico
20:22-27
22 »Debes guardar todos mis decretos y mis ordenanzas poniéndolos en
práctica; de lo contrario, la tierra a la cual te llevo para que sea tu nuevo
hogar te vomitará. 23 No
vivas conforme a las costumbres de los pueblos que voy expulsando de delante de
ti. Yo los detesto debido a que hacen estas cosas vergonzosas. 24 Sin
embargo, a ustedes les he prometido: “Poseerás la tierra de ellos porque yo te
la daré a ti como posesión, es una tierra donde fluyen la leche y la miel”. Yo
soy el Señor tu
Dios, quien te ha separado de las demás naciones.
25 »Por lo tanto, debes distinguir entre los animales ceremonialmente
puros y los impuros, y entre las aves puras e impuras. No te contamines al comer
alguno de estos animales impuros, aves o criaturas que corran por el suelo. Los
he identificado como impuros para ti. 26 Sé
santo porque yo, el Señor,
soy santo. Te he separado de las demás naciones para que seas mío.
27 »Los hombres o las mujeres entre ustedes que actúen como médiums o que
consulten a los espíritus de los muertos, deberán morir apedreados. Son
culpables de un delito de muerte».
Levítico
21
Instrucciones para los sacerdotes
El Señor le
dijo a Moisés: «Da las siguientes instrucciones a los sacerdotes, los
descendientes de Aarón: un sacerdote no debe tocar el cadáver de un pariente,
pues al hacerlo queda ceremonialmente impuro. 2 La
única excepción son sus parientes más cercanos: madre o padre, hijo o hija,
hermano, 3 o
hermana virgen que dependa de él por no tener esposo. 4 Pero
un sacerdote no debe contaminarse y hacerse impuro por tocar el cadáver de
alguien que esté relacionado con él solo por matrimonio.
5 »Los sacerdotes no deben raparse la cabeza ni recortarse la barba, ni
hacerse cortes en su cuerpo. 6 Deben
ser apartados como santos para su Dios y nunca deshonrar el nombre de Dios.
Deben ser santos, porque ellos son los que presentan las ofrendas especiales al Señor,
ofrendas de alimento para su Dios.
7 »No se permite a los sacerdotes casarse con una mujer contaminada por la
prostitución, ni casarse con una mujer divorciada, porque los sacerdotes están
separados como santos para su Dios. 8 Deberás
tratarlos como santos porque ellos son los que ofrecen alimento a tu Dios. Debes
considerarlos santos porque yo, el Señor,
soy santo y yo te hago santo.
9 »Si la hija de un sacerdote se contamina a sí misma al hacerse
prostituta, ella también contamina la santidad de su padre, y deberá morir
quemada.
10 »El sumo sacerdote tiene el rango más alto de todos los sacerdotes. El
aceite de la unción fue derramado sobre su cabeza y él fue ordenado para que
lleve las vestiduras sacerdotales. Nunca debe tener el cabello despeinado ni
rasgar sus vestiduras. 11 No
debe contaminarse a sí mismo al acercarse a un cadáver. No se le permite hacerse
ceremonialmente impuro ni aun por su padre o su madre. 12 No
deberá contaminar el santuario de su Dios al dejarlo para atender a un muerto,
porque fue hecho santo mediante el aceite de la unción de su Dios. Yo soy el Señor.
13 »Al sumo sacerdote se le permite casarse únicamente con una virgen. 14 No
se le permite casarse con una viuda, ni con una divorciada, ni con una mujer
contaminada por la prostitución. Tiene que ser una virgen de su propio clan,15 para
que no deshonre a los descendientes de su clan, porque yo soy el Señorquien
lo hace santo».
16 Luego el Señor le
dijo a Moisés: 17 «Da
las siguientes instrucciones a Aarón: en las generaciones futuras, ninguno de
tus descendientes que tenga algún defecto físico será apto para ofrecer alimento
a su Dios. 18 Nadie
que tenga un defecto será apto, ya sea ciego, cojo, desfigurado, deforme, 19 que
tenga un pie o un brazo roto, 20 jorobado,
enano, que tenga defecto en un ojo, que tenga llagas o costras en la piel, o que
tenga los testículos dañados. 21 No
se le permite a ningún descendiente de Aarón que tenga algún defecto acercarse
al altar para presentar ofrendas especiales al Señor.
Ya que tiene un defecto, no se le permite acercarse al altar para ofrecer
alimento a su Dios. 22 Sin
embargo, puede comer del alimento ofrecido a Dios, incluidas las ofrendas santas
y las ofrendas sumamente santas. 23 Pero
a causa de su defecto físico, no se le permite entrar en la sala detrás de la
cortina interior ni acercarse al altar, porque esto contaminaría mi santuario.
Yo soy el Señor quien
los hace santos».
24 Entonces Moisés les dio estas instrucciones a Aarón, a sus hijos y a
todos los israelitas.

Levítico
22:1-16
El Señor le
dijo a Moisés: 2 «Diles
a Aarón y a sus hijos que sean muy cuidadosos con las ofrendas
sagradas que los israelitas apartan para mí, a fin de que no
deshonren mi santo nombre. Yo soy el Señor. 3 Dales
las siguientes instrucciones: en todas las generaciones futuras, si
alguno de los descendientes de ustedes está ceremonialmente impuro
cuando se acerque a las ofrendas sagradas que el pueblo de Israel le
consagra al Señor,
esta persona tendrá que ser excluida de mi presencia. Yo soy el Señor.
4 »Si algún descendiente de Aarón tiene una enfermedad de la
piel o
cualquier clase de secreción que lo haga ceremonialmente impuro, no
se le permite comer de las ofrendas sagradas hasta que haya sido
declarado puro. También quedará impuro al tocar un cadáver o al
tener una emisión de semen5 o
al tocar un animal pequeño que sea impuro o al tocar a alguien que
por algún motivo esté ceremonialmente impuro. 6 El
que se haya contaminado en cualquiera de estas formas permanecerá
impuro hasta el anochecer. No se le permite comer de las ofrendas
sagradas hasta que se haya bañado con agua.7 Cuando
el sol se ponga, volverá a quedar ceremonialmente puro y podrá comer
de las ofrendas sagradas, porque este es su alimento. 8 No
se le permite comer un animal que haya muerto de muerte natural o
haya sido despedazado por los animales salvajes, porque esto lo
contaminará. Yo soy elSeñor.
9 »Los sacerdotes deberán seguir mis instrucciones
cuidadosamente. De lo contrario, serán castigados por su pecado y
morirán por desobedecer mis instrucciones. Yo soy el Señor quien
los hace santos.
10 »A nadie fuera de la familia del sacerdote se le permite
comer de las ofrendas sagradas. Ni siquiera los huéspedes ni los
obreros contratados en el hogar del sacerdote podrán comerlas. 11 Sin
embargo, si el sacerdote compra un esclavo, ese esclavo podrá comer
de las ofrendas sagradas; y si sus esclavos tienen hijos, ellos
también podrán comer de esas ofrendas. 12 Pero
si la hija de un sacerdote se casa con alguien fuera de la familia
de los sacerdotes, ella no podrá comer más de las ofrendas sagradas; 13 pero
si queda viuda o se divorcia y no tiene hijos que la sostengan, y
ella regresa a vivir a la casa de su padre como en su juventud,
podrá volver a comer del alimento de su padre. Aparte de eso, nadie
ajeno a la familia del sacerdote podrá comer de las ofrendas
sagradas.
14 »Si una de esas personas come de las ofrendas sagradas sin
darse cuenta, deberá pagarle al sacerdote por lo que comió, más un
veinte por ciento adicional. 15 Los
sacerdotes no deben permitir que los israelitas contaminen las
ofrendas sagradas que llevan al Señor 16 dejando
que personas no autorizadas las coman. Eso los haría culpables y
deberán pagar compensación. Yo soy elSeñor quien
los hace santos».

Marcos 9:1-29
Jesús continuó diciendo: «¡Les
digo la verdad, algunos de los que están aquí ahora no morirán antes
de ver el reino de Dios llegar con gran poder!».
La transfiguración
2 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a Juan y
los llevó a una montaña alta para estar a solas. Mientras los
hombres observaban, la apariencia de Jesús se transformó, 3 y
su ropa se volvió blanca resplandeciente, más de lo que cualquier
blanqueador terrenal jamás podría lograr. 4 Después
aparecieron Elías y Moisés y comenzaron a conversar con Jesús.
5 Pedro exclamó: «Rabí, ¡es
maravilloso que estemos aquí! Hagamos tres enramadas como
recordatorios:
una para ti, una para Moisés y la otra para Elías». 6 Dijo
esto porque realmente no sabía qué otra cosa decir, pues todos
estaban aterrados.
7 Luego una nube los cubrió y, desde la nube, una voz dijo:
«Este es mi Hijo muy amado. Escúchenlo a él». 8 De
pronto, cuando miraban ellos a su alrededor, Moisés y Elías se
habían ido, y vieron solo a Jesús con ellos.
9 Mientras descendían de la montaña, él les dijo que no le
contaran a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del Hombre se
levantara de los muertos.10 Así
que guardaron el secreto, pero a menudo se preguntaban qué quería
decir con «levantarse de los muertos».
11 Entonces le preguntaron:
—¿Por qué los maestros de la ley religiosa insisten en que Elías
debe regresar antes de que venga el Mesías?
12 Jesús contestó:
—Es cierto que Elías viene primero a fin de dejar todo preparado.
Sin embargo, ¿por qué las Escrituras dicen que el Hijo del Hombre
debe sufrir mucho y ser tratado con total desprecio? 13 Pero
les digo, Elías ya vino, y ellos prefirieron maltratarlo, tal como
lo predijeron las Escrituras.
Jesús sana a un muchacho endemoniado
14 Cuando regresaron adonde estaban los demás discípulos,
vieron que los rodeaba una gran multitud y que algunos maestros de
la ley religiosa discutían con ellos. 15 Cuando
la multitud vio a Jesús, todos se llenaron de asombro y corrieron a
saludarlo.
16 —¿Sobre
qué discuten? —preguntó
Jesús.
17 Un hombre de la multitud tomó la palabra y dijo:
—Maestro, traje a mi hijo para que lo sanaras. Está poseído por un
espíritu maligno que no le permite hablar. 18 Y,
siempre que este espíritu se apodera de él, lo tira violentamente al
suelo y él echa espuma por la boca, rechina los dientes y se pone
rígido. Así
que les pedí a tus discípulos que echaran fuera al espíritu maligno,
pero no pudieron hacerlo.
19 Jesús les dijo: «¡Gente
sin fe! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo
tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho».
20 Así que se lo llevaron. Cuando el espíritu maligno vio a
Jesús, le causó una violenta convulsión al muchacho, quien cayó al
piso retorciéndose y echando espuma por la boca.
21 —¿Hace
cuánto tiempo que le pasa esto? —preguntó
Jesús al padre del muchacho.
—Desde que era muy pequeño —contestó él—. 22 A
menudo el espíritu lo arroja al fuego o al agua para matarlo. Ten
misericordia de nosotros y ayúdanos si puedes.
23 —¿Cómo
que “si puedo”? —preguntó
Jesús—. Todo
es posible si uno cree.
24 Al instante el padre clamó:
—¡Sí, creo, pero ayúdame a superar mi incredulidad!
25 Cuando Jesús vio que aumentaba el número de espectadores,
reprendió al espíritu maligno. «Escucha,
espíritu que impides que este muchacho oiga y hable —dijo—. ¡Te
ordeno que salgas de este muchacho y nunca más entres en él!».
26 Entonces el espíritu gritó, le causó otra convulsión
violenta al muchacho y salió de él. El muchacho quedó como muerto.
Un murmullo recorrió la multitud: «Está muerto», decía la gente. 27 Pero
Jesús lo tomó de la mano, lo levantó, y el muchacho se puso de pie.
28 Más tarde, cuando Jesús quedó a solas en la casa con sus
discípulos, ellos le preguntaron:
—¿Por qué nosotros no pudimos expulsar ese espíritu maligno?
29 Jesús contestó:
—Esa clase solo puede ser expulsada con oración.


Salmos
43
1 ¡Declárame inocente, oh Dios!
Defiéndeme
contra esta gente que vive sin ti;
rescátame
de estos mentirosos injustos.
2 Pues tú eres Dios, mi único refugio seguro.
¿Por
qué me hiciste a un lado?
¿Por qué tengo que andar angustiado,
oprimido
por mis enemigos?
3 Envía tu luz y tu verdad,
que
ellas me guíen.
Que me lleven a tu monte santo,
al
lugar donde vives.
4 Allí iré al altar de Dios,
a
Dios mismo, la fuente de toda mi alegría.
Te alabaré con mi arpa,
¡oh
Dios, mi Dios!
5 ¿Por qué estoy desanimado?
¿Por
qué está tan triste mi corazón?
¡Pondré mi esperanza en Dios!
Nuevamente
lo alabaré,
¡mi
Salvador y mi Dios!
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