Tu herencia espiritual es la cosa más importante que posees. Las
hijas de Zelofehad sabían eso y por eso exigieron su herencia
(Números 27:4). Se negaron a dejar que ningún factor se interponga
en el camino de poseer lo que su padre había dejado para ellas, y
por lo tanto, Dios honró su fe.
Tu herencia espiritual puede ser la transferencia de la propia
unción de alguna persona antes de su muerte. Moisés transfirió su
unción a Josué por la imposición de las manos (Números 27:23). Jesús
recibió su herencia cuando él entró en el Jordán y fue bautizado por
Juan (Lucas 3:21-22). Eliseo se apropió de su herencia cuando vio a
Elías ir en un torbellino soltar su manto desde carro (2 Reyes
2:11-13).
Dios te ha dado un manto de herencia, algún ministerio, alguna
misión, algún llamado, que te pertenece solo a vos. ¿Vas a ser como
Esaú que despreció su herencia y derecho de nacimiento y lo vendió
todo por un pequeño plato de sopa?
Nunca pierdas o desprecies tu herencia como si fuera inútil. En
lugar de ello, apoderate de ella, reclamala, y creé que Dios la
usará para glorificar Su nombre.
77 días pasaron. 288 están por delante para tomar tu herencia!
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