Pascua, Pentecostés y Tabernáculos eran las tres fiestas del
calendario judío. Pascua ejemplifica nuestra salvación, la Pascua es
el tiempo cuando recordamos cómo se aplicó la sangre de Jesús a los
postes de la puerta de nuestro corazón. Pentecostés, el día en que
se cosecharon los primeros frutos, representa nuestro bautismo en el
Espíritu Santo. La Fiesta de los Tabernáculos, una celebración de
siete días de la finalización del templo de Salomón, representa una
celebración futurista, eterna de la finalización de la cosecha.
El cielo será el lugar de celebración de la terminación del templo
celestial, en la siega final de la cosecha. El cielo es el lugar
donde la victoria de Cristo sobre Satanás será celebrada para
siempre. El cielo será un día de campo eterno, donde no habrá más
preocupaciones, será un descanso total, refrescante y continuo, de
alegría ilimitada. A lo largo del largo año de trabajo, vamos a
anticipar la fiesta final en el final de los tiempos. En ese día,
nuestro trabajo será más, y Dios será nuestra recompensa.
58 días pasaron, 307 restan. |