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Devocional 07/02
Lectura 7 de Febrero

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Las llamas ardientes del candelero representan los "siete espíritus de Dios" que se mencionan en Apocalipsis 4:5 que arden continua y eternamente ante el trono de Dios. Debido a que la llama de la adoración nunca cesa, un suministro interminable de aceite es necesario.

Jesús habló de cinco vírgenes prudentes y cinco insensatas. La principal diferencia entre los dos grupos fue que las prudentes tomaron aceite extra para sus lámparas, mientras que las insensatas no lo hicieron (Mateo 25:3-4). En esta parábola, las vírgenes prudentes eran aquellas cuyas vidas estaban preparadas y listas para el Esposo celestial. Eran como los siervos que fueron encontrados usando sus talentos sabiamente cuando el Maestro regresó (v.19).

El punto de estos ejemplos es la preparación. En primer lugar es la disposición de una vida constantemente llena del Espíritu Santo, una vida ardiendo y brillando día y noche en la adoración. El segundo es una vida que está atenta al llamamiento del esposo, negando las codicias tontas que drenan el aceite. Finalmente es una vida espiritualmente productiva, desarrollando talentos al máximo potencial.

Mantenga sus lámparas llenas, limpias, y encendidas. El Esposo vendrá cuando menos lo espera, y no habrá tiempo para encontrar el aceite que necesita.


36 pasaron, 329 para adorar y cargar aceite!

 

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